19 noviembre 2024
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Archie Karas, el jugador invencible del póker

Fuente: https://maestrosdelpoker.com
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Bañada por el Mar Mediterráneo, el Mar Jónico y el Mar Egeo y situada entre tres continentes (Europa, Asia y África) se encuentra Grecia, la cuna de la civilización occidental. A lo largo de la historia, el país heleno ha dado al mundo grandes pensadores, científicos, escritores y artistas. Más allá de grandes nombres como Aristóteles, Platón o Sócrates, Grecia también ha presenciado el nacimiento de importantes figuras de la historia del póker como Anargyros Nicholas Karabourniotis, conocido en el mundo de los naipes como Archie Karas. La historia de este jugador comienza en una de las más de 2.000 islas griegas, concretamente en Cefalonia, la sexta isla más grande del país y la más grande en el Mar Jónico.

Archie Karas nació el 1 de noviembre de 1950 en Antypata, una ciudad ubicada en el norte de la isla griega de Cefalonia, en el seno de una familia pobre. ‘El Griego’ tuvo una infancia difícil en un ambiente familiar violento y poco acogedor. Su padre trabajaba en el sector de la construcción, pero apenas sacaba beneficio de las obras que realizaba en los pueblos pobres de la zona y casi no podía mantener a su propia familia. De hecho, Archie tenía que apostar jugando a las canicas para ganar algo de dinero para comprar media rebanada de pan. Además, el joven también ayudaba a su padre en las obras, aunque odiaba trabajar con cemento.

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Un día, mientras ambos trabajaban en una obra, Archie le dijo a su padre que las quemaduras del trabajo le destrozarían las manos. Un comentario que enfureció a su progenitor hasta tal punto que le tiró una pala a la cabeza, aunque por suerte no impactó en el joven. Este hecho provocó que con 15 años se escapara de su casa. Cuatro años más tarde, su padre falleció de cáncer. En ese tiempo, Archie trataba de sobrevivir en la calle haciendo espectáculos con bolas para ganarse algo de dinero. Todavía siendo menor de edad, ‘El Griego’ firmó un contrato como camarero en un barco, donde estuvo trabajando durante dos años. Cansado de la vida en el mar, el joven desembarcó en la ciudad de Portland, Estados Unidos, y decidió instalarse en Los Ángeles.

A su llegada a Los Ángeles, ‘El Griego’ siguió trabajando en el sector gastronómico, pero durante su tiempo libre acudía a una bolera cercana a su restaurante para jugar al póker y al billar, ya que en aquella época no existían salas online como 888 Poker tan populares en la actualidad. A pesar de su inexperiencia en estos juegos, Archie llegó a tener un bankroll de 2 millones de dólares. A sus 19 años, el joven jugador sólo pensaba en el juego, ya que, a pesar de la pobreza que había vivido a lo largo de su vida, nunca le había importado el dinero. De esta forma, perdía y ganaba mucho dinero durante semanas, pero un día acabó con 50 dólares en el bolsillo. Ese día fue realmente un punto de inflexión en la vida del griego.

Una racha ganadora conocida como The Run

Con esos 50 dólares abandonó el restaurante de Los Ángeles donde trabajaba y puso rumbo a Las Vegas para convertirse en jugador profesional. Archie llegó a la ciudad del juego en 1990, en una época donde los casinos se encontraban en plena efervescencia. A pesar del inmejorable escenario para jugar al póker, ‘El Griego’ sólo contaba con 50 dólares, por lo que no podía comenzar a apostar. Para conseguir el dinero que necesitaba recurrió a un antiguo amigo aficionado a los juegos de azar que le prestó 10.000 dólares, cifra suficiente para sentarse en una mesa de póker de algunos de los mejores casinos de la ciudad.

Fuente: https://maestrosdelpoker.com

Con un bankroll de 10.000 dólares, Archie se sentó en una mesa de cash de Razz 200$/400$, una modalidad de póker derivada del Seven Card Stud en la que el jugador griego se consideraba todo un especialista. Unas horas después salió del casino con 30.000 dólares en sus manos, por lo que devolvió 20.000 dólares a su amigo, que se quedó sorprendido ante su facilidad con los naipes, y se quedó 10.000 dólares para seguir apostando en los casinos de Las Vegas, especialmente en las mesas de The Mirage. En los siguientes años su patrimonio ascendió hasta los cuatro millones de dólares.

El nombre de Archie Karas se extendió por toda la ciudad de Las Vegas atrayendo a los mejores jugadores de póker de la época. Su primer gran rival fue Stu Ungar, considerado por muchos como el mejor jugador de la historia del póker. En aquella época, The Kid ya había ganados las World Series of Poker (WSOP) de 1980 y 1981, aunque sus brazaletes no fueron suficientes para derrotar al griego, que consiguió ganarle 500.000 dólares. El siguiente en la lista fue Chip Reese, que en aquel momento era considerado como el mejor jugador de póker del mundo. De hecho, ‘El Griego’ realizó una hazaña histórica, ya que ganó a Chip Reese y Stu Ungar el mismo día consiguiendo 1,2 millones de dólares.

Karas se enfrentó a jugadores de póker emblemáticos como Doyle Brunson, Johnny Moss, Johnny Chan o Puggy Pearson, pero ninguno consiguió vencer al jugador griego. Todos los jugadores querían desbancar a Karas en las mesas de juego del casino Mirage, pero ‘El Griego’ era invencible. Tal era el miedo que infundía en sus oponentes que nadie quería enfrentarse a Karas en las altas apuestas, por lo que no tuvo más remedio que optar por otros juegos de casinos, como los dados y el baccarat. En cualquier caso, durante sus seis primeros meses en Las Vegas consiguió una fortuna de 17 millones de dólares.

La última etapa de la legendaria The Run de Archie Karas en Las Vegas estuvo marcada por el Binion’s Horseshoe, casino que tenía las apuestas más altas de toda la ciudad. El jugador griego llegó a tener una apasionante guerra con Jack Binion, director por aquel entonces del establecimiento de juego. De hecho, Binion subió y bajó los límites de apuestas del establecimiento de juego para perjudicar a Karas. ‘El Griego’, que conocía y aceptaba las condiciones impuestas por el casino, siguió jugando e incluso llegó a dejar sin fichas de 5.000 dólares al Binion’s Horseshoe. Un jugador que vive por y para el juego que convirtió los 50 dólares con los que llegó a Las Vegas en 40 millones en apenas tres años.

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