Mamen Muñoz. Ariane Vergés Cullén, a sus 34 años y con un reconocido gusto por la aventura, lleva más de ocho años viviendo fuera de España, lo que la ha llevado a descubrir un amor que antes consideraba impensable pero que ahora se hace incondicional por su ciudad y por todo lo que dejó atrás, tanto que la hará estar de vuelta en tan sólo unos meses. Cualquier intento por comparar los dos destinos en los que ha vivido estos últimos años se plantea complicado: Senegal y Francia, en las ciudades de Saint Louis y París, respectivamente.
Aunque no se siente de ninguna parte concreta de Sevilla, porque se crió recorriendo diferentes barrios de la ciudad, sí que vivió muchos años en el barrio de El Porvenir. Su relación con Sevilla no fue demasiado entusiasta, al ser sus padres de fuera de Sevilla y ella no haber nacido tampoco en la ciudad, se sintió en su juventud como sevillana de adopción y siempre tuvo claro que al acabar sus estudios se iría fuera. Sin embargo, a día de hoy, algunos años más tarde, asegura que en cuanto pueda, en un futuro tan cercano como en unos pocos meses, estará de vuelta a la que se ha dado cuenta de que sí que considera su casa y su lugar.
Ariane es economista, posteriormente cursó un Máster en Gestión de ONGs. Dejó España muy joven, y nunca hasta el momento ha trabajado en Sevilla ni tampoco en España. Ha trazado su carrera en el extranjero, comenzando en Senegal, donde montó una ONG y una escuela jardín de infancia, que compaginaba con maestría y esfuerzo con su trabajo gestionando un hotel; y desde entonces no ha parado de acumular experiencia y asumir retos: actualmente gestiona un restaurante en París.
– ¿Por qué decidiste irte fuera?
– Siempre había pensado que no me quería quedar en Sevilla, aunque nunca me había planteado dónde me iría, sabía que en Sevilla no quería seguir, y casi seguro que tampoco en España, y, por casualidades de la vida, ¡terminé en Senegal!
– ¿Por qué ese lugar y no otro?
– El verano de 2010 me fui con mi amiga Eloísa a Senegal a hacer un voluntariado, a la ciudad de Saint Louis. Pasamos allí un mes, y me gustó tanto que después de estar de regreso en España, decidí dejarlo todo y volverme a ir. Y cuando digo dejarlo todo, es todo: me deshice de mis más preciadas pertenencias materiales, porque sólo me podía llevar lo más necesario… así que dividí mis libros en cajas y las repartí por las casas de mis amigas (¡espero que ahora cuando vuelva me los devuelvan!).
Por el camino me había enamorado, además. Así que me volví y puse en marcha junto a Eloísa la ONG, Kaddu Xale-Yi, que se traduce por La voz de los niños. Supuso crear una escuela infantil con la que conseguimos escolarizar a más de treinta niños de la ciudad cada curso. Fue una experiencia inolvidable, una etapa muy emocionante. A pesar de que no fue capaz de continuar su camino cuando cuatro años más tarde dejé Senegal para irme a Francia, me quedo con lo positivo: con todos los niños y niñas que disfrutaron del proyecto, con lo que aprendieron y con todo lo que espero que esa pequeña aportación les pueda traer de bueno a lo largo de sus vidas.
– ¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
– Llevo ya ocho fuera, ¡qué rápido pasa el tiempo! Primero estuve en Senegal, y ahora estoy en Francia. Y espero que dentro de muy poquito, de vuelta en España, en Sevilla.
– ¿Cómo fueron tus primeros días fuera?
– Mis primeros días fuera de España, ya fuera en Senegal o en Francia, la verdad es que fueron bien, siempre he sido muy aventurera y me ha gustado apañármelas sola. La verdad es que nunca he sentido agobio por estar fuera o por no conseguirlo. Siempre he sabido que por muy mal que fuera, conseguiría algo. Y el balance hasta ahora siempre ha sido positivo.
– ¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar?
– Mi nivel de idiomas tanto al llegar a Senegal o a Paris, ha ido bien, ya que soy bilingüe en francés. Así que por este lado no tuve que aprender ningún idioma.
– ¿Cuál es tu balance de la experiencia?
– Ahora en 2019, si pienso en todo lo vivido tanto en Saint Louis como en Paris, el balance es súper positivo. En Senegal era algo totalmente diferente, a nivel personal supuso un crecimiento interior increíble. Y ahora en Francia, con el nacimiento del pequeño Mikail, mi primer hijo, ha sido también una experiencia a nivel emocional indescriptible.
– ¿Cuáles son, a tu parecer, los pros y contras de vivir en el extranjero?
– Ahora mismo, viviendo en París, lo cierto es que no es muy diferente de España en cuanto a nivel de vida, pero sí que lo es en cuando a calidad de vida. Quiero decir, aquí el día se resume en: trabajo, transporte y cama. Trabajas, llegas a casa, ya no tienes tiempo para nada más, hay mucha contaminación, todo es muy caro, las distancias son muy grandes… En definitiva, es una ciudad que cansa vivirla. Aunque claro, como todo, también tiene sus cosas positivas: es una súper ciudad en la que puedes encontrar todo lo que busques, simplemente pasear por sus calles es como si estuvieses en un museo al aire libre.
– Cuéntanos alguna anécdota que te haya ocurrido durante tu estancia.
– Las anécdotas más divertidas que me han pasado han tenido lugar en Senegal. Una de las que recuerdo con mayor cariño fue hacia 2011, que nos mudábamos de casa en Senegal, y mi pareja, Djiby, me dice que iba a buscar un transporte, y cuál fue mi sorpresa cuando lo vi aparecer con un burro… ¡hicimos la mudanza en burro! Transportamos el colchón, todas nuestras cosas, y hasta el frigorífico…
– ¿Y sus habitantes, cómo son?
– Los habitantes de Senegal son muy acogedores, sonrientes; sin embargo en Paris la gente es más agria, el humor escasea un poco, como dicen aquí: “llevan los problemas de un lado a otro”.
– ¿Como es un día cualquiera de tu vida en el lugar donde vives ahora?
– Un día cualquiera en mi vida en Paris pues: nos despertamos Mikail y yo, tomamos una ducha, él se queda en casa con su papá y yo me voy al metro de camino al trabajo, trabajo todo el día, vuelvo a casa y ya sólo me queda tiempo para dormir. Este es mi día a día y el de muchos parisinos.
– ¿Cuál es tu lugar favorito de tu nueva ciudad? ¿Y de la provincia de Sevilla?
– Mi lugar favorito de Paris es la zona de Los Inválidos, es una zona súper amplia, con unas vistas geniales. Y mi lugar favorito de la provincia de Sevilla podría ser el centro, la zona de la Catedral…
– ¿Cuál es la imagen que tienen de España?
– Entre las imágenes que tienen los parisinos de España, destaca la de que somos un tanto catetos y que no sabemos idiomas.
– ¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
– Mi nuevo objetivo ahora mismo es el regreso. Ahora, después de tantos años fuera de España tengo ganas de volver, de volver a encontrar el origen, los amigos, la familia, los sitios donde iba de pequeña. Este es ahora mismo mi plan de futuro: volver a Sevilla en breve y empezar un nuevo ciclo allí.
– ¿Qué es lo que más echas de menos de Sevilla?
– Lo que más echo de menos de Sevilla es la facilidad para hacer las cosas del día a día, ¡y el buen tiempo!
– ¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
– Sí que recomiendo se lo recomiendo, sobre todo a aquellos a los que no les gusta mucho España, porque estar fuera te permite tener otra visión de las cosas, y de lo que de verdad merece la pena.
– Para terminar: un mensaje a los sevillanos.
– ¡Cuidado, que vuelvo!