Redacción. El servicio de Cirugía General y Digestiva del Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, que dirige Pablo Martínez, ha optimizado el manejo de las patologías anorectales a través de la creación de una consulta monográfica de Proctología instalada en el Hospital El Tomillar. Se trata de un equipo de trabajo conformado por cirujanos y profesionales de enfermería especializados y altamente experimentados, tecnología avanzada y un protocolo asistencial que aporta eficiencia a un abanico de patologías muy incapacitantes.
La patología de la zona rectoanal engloba a un grupo heterogéneo de enfermedades con una elevada prevalencia entre la población y grandes repercusiones en su calidad de vida. Entre estas enfermedades destacan: hemorroides, fístulas anorectales, algunos tumores anorectales, fisura anal, prurito anal o abcesos anorectales y trastornos del suelo pélvico, entre otras.
Su localización, incómoda y dolorosa, junto a su elevada tendencia a las recaídas y las secuelas (producidas por la evolución de las mismas o por los tratamientos aplicados), las convierten en patologías con gran repercusión. La incontinencia anal o daño esfinteriano son las incidencias de mayor impacto. En concreto, los especialistas destacan que, después del tratamiento quirúrgico, hasta el 90% de los casos pueden presentar secuelas que afecten a la continencia en algunas fístulas perianales y hasta un 70% pueden ascender las tasas de recurrencia.
Mejora diagnóstica y terapéutica de los resultados en Salud
La nueva consulta de Proctología supone un avance en la mejora de los resultados en Salud al centralizar estas patologías en profesionales especializados, dotarlos de moderna tecnología y activar circuitos asistenciales ágiles.
La consulta está funcionando desde el pasado mes de marzo y sin interferencias por causa del Covid-19, dado que se tratan de patologías que precisan de la presencia física de los pacientes para su propuesta terapéutica. El equipo lo componen profesionales de la Unidad de Coloproctología del Hospital Universitario de Valme y de la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria del Hospital El Tomillar.
Su dinámica se centra en el acto único como estrategia de eficiencia. De tal modo que, el paciente que es citado por primera vez a consulta con este problema de salud, vuelve a su domicilio con una propuesta terapéutica. O sea, que en una sola visita al centro hospitalario se desarrolla el abordaje diagnóstico en un proceso que engloba la entrevista clínica con el cirujano, la exploración física pormenorizada, la información de los resultados, la orientación diagnóstica y la propuesta terapéutica final. En este sentido, la jefa de sección de Cirugía del Área Hospitalaria de Valme, Lourdes Gómez Bujedo subraya la importancia de esta organización asistencial en línea con la mejora de la calidad y la seguridad del paciente al evitarle varios desplazamientos en el contexto de la pandemia actual.
La consulta ha incorporado dos avances
Por su parte, la consulta ha incorporado dos avances para el manejo de estos pacientes: uno diagnóstico y otro terapéutico. En el ámbito diagnóstico está dotada de tecnología de ultrasonografía endoanal a través de un ecógrafo equipado con tecnología 3D. Proporciona un método diagnóstico más preciso para establecer indicaciones más apropiadas de tratamiento, logrando una mejor tasa de curación con el menor grado de daño con vistas a la prevención de secuelas.
En esta actuación, Gómez Bujedo destaca la colaboración del equipo TIC hospitalario al posibilitar la incorporación de estas imágenes en la historia clínica digital corporativa y así poderlas visualizar desde distintas localizaciones por parte de los profesionales implicados.
Y, por otro lado, en el ámbito terapéutico, destaca la disponibilidad quirúrgica de láser con la técnica FILAC. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, con una excelente tolerancia postoperatoria y posibilidad de reincorporación precoz a la vida activa por parte de los pacientes. Se debe a que no se realizan heridas cutáneas, ni es preciso hacer curas diarias en la zona.
Está dirigido a un grupo concreto de pacientes: fístulas recurrentes, con alteraciones previas de la continencia o defectos de esfínter, fístulas altas o extraesfinterianas). La aplicación de esta técnica quirúrgica se convierte en la única alternativa para ofertarles una opción de tratamiento libre de secuelas incapacitantes.
Como beneficio adicional figura el que estos pacientes puedan ser intervenidos en régimen ambulatorio, evitando intervenciones largas y post-operatorios dolorosos que requieran de una hospitalización más prolongada. Tampoco necesitan curas de herida, con lo cual el confort del paciente en su recuperación aumenta considerablemente: menos dolor, menos cuidados, más autonomía durante el proceso post-operatorio y reincorporación más rápida.