Fermín Cabanillas. El Palacio de los Guzmanes de Castilleja de Guzmán es un magnífico edificio del siglo XVIII de estilo regionalista andaluz con tintes neoclásicos. Fue catalogado como Bien de Interés Cultural en 2005. Destacan su patio neomudéjar, capilla y biblioteca. Restaurado a principios del siglo XX, con nuevas intervenciones en la década de los cuarenta, tiene un extenso jardín escalonado de 26 000 m2 diseñado por el arquitecto paisajista francés Jean Claude Nicolas Forestier. El espacio verde fue construido bajo su dirección a finales de los años 20.
El palacio se ubica en lo que fue un campamento militar romano (castra), en torno al que se agrupaban algunas viviendas. Durante la dominación musulmana, Castalla es una alquería en la que sus inquilinos cultivan las tierras de alrededor. Mantiene la función estratégica por su posición elevada como atalaya natural para prevenir posibles ataques normandos o castellanos. El temible caudillo Almanzor llegó a hospedarse de manera eventual en el palacio situado en el mismo emplazamiento, ocupado más tarde por los condes de Castilleja de Guzmán.
Tras la conquista cristiana en el siglo XIII, en tiempos del rey Fernando III el Santo, la localidad perteneció a la Orden Militar de Alcántara, de la que se independiza durante el siglo XIV. Trascurren varios siglos bajo la jurisdicción de los Guzmanes, que le proporcionan su actual apellido, hasta la disolución de los señoríos en el siglo XIX.
Funcionó entre 2010 y 2014 como colegio mayor mixto de Santa María del Buen Aire, ubicado en los terrenos que pertenecieron a la antigua hacienda de la Divina Pastora, conocida también como hacienda de Montelirio.
Información: Prodetur.