Fermín Cabanillas. El realizador sevillano Alejo Moreno se ha felicitado del «milagro del cine independiente» que ha supuesto que su película Diana, estrenada el pasado 21 de septiembre, se siga proyectando en salas, tras sacar adelante con mucho esfuerzo un proyecto sufragada por créditos personales pedidos por él mismo.
Alejo ha participado en actividades del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, Moreno, periodista del programa Días de Cine de RTVE, ha explicado algunos detalles de una película que estuvo tres semanas en cartel y se sigue proyectando en cines de Madrid y Barcelona, que tiene como escenario el Paseo de la Castellana de la capital de España y el piso de la protagonista.
Precisamente, el director ha destacado las posibilidades «cinéfilas» de esa zona de Madrid, «con una arquitectura post franquista y neo capitalista, aún es una zona poco tratada, muy fotogénica, aunque últimamente se pasa mucho de ella porque se van a otros barrios a rodar».
En ese punto, ha rodado «un thriler que se inicia cuando acaba de suceder la crisis y hay un poco de histeria colectiva, que en Madrid proyectábamos con coloquios posteriores con la gente, a la que la película impactaba mucho y detectaba que se está hablando de algo».
Ha señalado que hay espectadores que «cuando ven la película no aprecian si es española o no, hay un claro interés porque está rodada de forma diferente, pero es cierto que como productor he podido rodar como me apetecía».
«No me quiero despegar del cine español, pero ellos apreciaban que el estilo de producción, sin saber verbalizarlo, era distinto, y había permitido que lo que se ve se parezca más a lo que se hace en Francia o Alemania que aquí», ha explicado.
La cinta se vio por primera vez en el Festival de Cine Español de Málaga, donde el sevillano ya presentó su primer documental La vida a 5 nudos sobre la vida a bordo del buque Juan Sebastián Elcano, y después ha pasado por numerosos festivales donde el director ha notado «una mayor aceptación del público de 20 a treinta y tantos años».
La acción, que ocurre en Madrid, comienza un día de trabajo agotador cuando un guapo y rico empresario, Jano (Jorge Roldán), pide los servicios de una scort de lujo a la que cita en su casa. Es Sofía (Ana Rujas), una joven universitaria, prostituta porque le gusta, dice, y el público ve que lo está contando a una cámara en un reportaje de prensa.
El hombre está a punto de sacar adelante el negocio del siglo «y la mujer lleva el nombre de la diosa cazadora Diana tatuado en un muslo. Tiene el corazón roto, pero no lo dice. Lo que queda es sexo, obsesión, dinero, mentiras y dolor», explica su sinopsis.