Redacción. Uno de los sectores más perjudicados en la crisis provocada por la pandemia del Covid-19 ha sido el cultural, un ámbito en el que los artistas han perdido muchas oportunidades de trabajo, contacto y expresión, teniendo que reinventarse y buscar nuevos canales de comunicación con su público. Así, nace “Solo Dialogue”, el primer disco del saxofonista Manu Brazo, un diálogo a solas consigo mismo, con su música y su público; un trabajo íntimo, solitario, lleno de sensaciones y sentimientos encontrados y casi siempre en soledad, que quiere ser compartida.
“Decidí hacer un montaje de vídeo tocando la canción tradicional inglesa Danny Boy, arreglada por mi pareja, la violinista Claudia Gallardo, para cuatro violines y saxofón. Hacer este vídeo y que la gente disfrutara tanto de él, como yo, me motivó a hacer otro que pretendía fuera mejor, más completo. Al poco tiempo grabamos Devil’s Rag, con el mismo formato pero de una forma mucho más compleja (puede verse el video en YouTube)”, asevera el músico.
En ese momento Manu Brazo decidió abrir otro camino simplemente explorado hasta entonces, consiguió material de grabación profesional y empezó a formarse durante el confinamiento para poder grabar y editar con un resultado profesional. “Más de un mes dediqué a probar, grabar, borrar y a mejorar de forma autodidacta para poder llevar a cabo una grabación que hiciera justicia a la idea del sonido que quería expresar y capturar”.
Esta idea, según manifiesta el saxofonista, fue tomando forma durante el mes siguiente y así nació “Solo Dialogue” (Diálogo a solas). Se trata de un proyecto que tiene como objetivo expresar las distintas emociones que Manu experimentó cuando su mundo se detuvo por completo al igual que mostrar que la esperanza y el optimismo siempre pueden aparecer en la adversidad.
“Solo Dialogue” comenzó como un experimento y ha terminado siendo una motivación, una profunda experiencia musical y un nuevo y completo proyecto artístico.
Es un álbum corto, menos de 20 minutos de duración, que incluye cinco piezas cuidadosamente seleccionadas y adaptadas para saxofón solo. Todas ellas tienen en común que, a pesar de ser pensada para un único instrumento, hay momentos en los que podemos escuchar un diálogo polifónico entre las distintas voces, lo cual crea la ilusión de que existe un instrumento que nos ayuda con el soporte armónico (un bajo), mientras que otro hace sonar la melodía.
Esto es solo el principio de este nuevo camino para Manu, ya que en los próximos meses saldrá a la luz un segundo álbum. Para su siguiente grabación, Manu ha contado con la colaboración de la pianista indonesa Prajna Indrawati, con la que lleva compartiendo escenarios desde que llegara a Londres en 2016 y con Claudia Gallardo. Según el músico, “será un proyecto muy especial, con música muy conocida y un sonido nuevo y diferente que ya está empezando a gestarse”.