Redacción. El Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla ha realizado una intervención con éxito de un carcinoma escamoso, un tipo agresivo de cáncer de piel, mediante cirugía de Mohs, evitando la amputación del dedo a la paciente.
Sería la primera vez que se realiza este tipo de intervención, una combinación de técnicas de Mohs, en la sanidad privada andaluza para el tratamiento del carcinoma escamoso en localizaciones especiales.
Como explica el cirujano de Mohs del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, Tomás Toledo, a la paciente, que presentaba un carcinoma escamoso en el dedo índice de una mano, le habían planteado la amputación de parte del dedo como tratamiento de dicha dolencia, si bien, para evitarlo, el especialista ha optado por emplear una combinación de dos técnicas.
En primer lugar, se ha realizado una intervención mediante cirugía de Mohs convencional, realizándose el estudio histológico de los márgenes intraoperatoriamente hasta no quedar evidencia de tumor. Tras esto, se ha extirpado una etapa extra para su posterior análisis en diferido, incluyendo elementos que no pueden valorarse mediante Mohs habitual, como el periostio o cartílago, lo que se denomina ‘Slow Mohs’.
Extirpar la lesión de forma definitiva
Así, con la combinación de ambas técnicas, se ha conseguido extirpar la lesión de forma definitiva, sin necesidad de amputar parcial o totalmente el dedo afectado. «La paciente se encuentra en perfecto estado y no necesarios más tratamientos sobre la zona intervenida», concluye el doctor Toledo.
La cirugía micrográfica de Mohs está indicada fundamentalmente para el carcinoma basocelular, el tumor maligno más frecuente, y carcinoma escamoso. No obstante, también se emplea para carcinomas escamosos recidivantes, así como extirpaciones completas de sarcomas cutáneos, sarcomas pleomórficos y dermatofibrosarcomas protuberans. También es especialmente útil en un tipo particular de melanoma, el léntigo maligno o léntigo maligno melanoma, que tiende a aparecer en la cara.
Con este procedimiento quirúrgico, se extirpan segmentos individuales de tejido canceroso, que el patólogo examina uno por uno con el microscopio hasta que se comprueba, según Toledo, «que el tumor ha sido extirpado por completo, quedando lo que llamamos los ‘bordes libres'».
De esta forma, según ha apuntado Toledo, «el paciente sale del quirófano con la certeza de que el tumor se ha resecado por completo, preservando la mayor cantidad de piel sana posible, algo especialmente importante sobre todo en zonas con repercusión estética tales como la región facial, auricular o genital o, como ocurre en este caso, en el dedo índice de la mano». La tasa de curación oscila entre el 98 y el 99 por ciento, especialmente en carcinomas basocelulares infiltrativos y en sarcomas cutáneos.