Redacción.El Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, en Sevilla, ha realizado este viernes un curso de formación en reanimación cardiorrespiratoria (RCP) para miembros de la Hermandad de la Esperanza de Triana y personal de la Capilla de los Marineros, quienes han adquirido nociones básicas que les ayudarán a saber actuar de forma rápida y adecuada ante un caso de parada cardiorrespiratoria (PCR) en sus instalaciones.
Así, el jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), Fernando Maroto, y el supervisor de la UCI, Andrés Pérez, han sido los encargados de formar a este equipo de la hermandad enclavada en la calle Pureza tanto en un adecuado uso del desfibrilador semiautomático (DESA) como en técnicas de primeros auxilios. En concreto, el doctor Maroto ha explicado la activación de la atención, cómo realizar un masaje cardíaco, así como el uso del DESA hasta la llegada de los servicios de emergencias, simulando un caso real de PCR.
Según el jefe de la UCI del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, “la parada cardiorrespiratoria extrahospitalaria es una de las causas más frecuentes de muerte en Europa”. En España, ocurre una PCR de carácter inesperado cada 20 minutos, de las que en un 80% de los casos, aproximadamente, podrían deberse a una arritmia maligna. Es por ello por lo que considera que “la formación a personal no sanitario en el soporte vital básico es imprescindible para lograr una rápida y correcta actuación”.
En un 75% de los casos suelen ocurrir en el domicilio, en un 16% en espacios públicos y en un 9% en otros. El 60% de las paradas son presenciadas por testigos, por lo que es vital que estos testigos o primeros intervinientes tengan la formación adecuada, pudiendo esperar entre un 50-75% de supervivencia de la víctima, minimizándose además las posibles secuelas neurológicas.
En este sentido, el especialista incide en que “la posibilidad de supervivencia y la mejora de las secuelas neurológicas están muy influenciadas por la atención precoz y el acceso a la desfibrilación en el menor tiempo posible”. Y es que, “en los ritmos de parada susceptibles de desfibrilación como las arritmias malignas o muerte súbita por fibrilación ventricular, la eficacia de la desfibrilación desciende un 10% por cada minuto que pasa sin proceder a la descarga”, concluye.
Cabe recordar que el Hospital Quirónsalud Infanta Luisa donó este año un desfibrilador automático (DESA) a la Esperanza de Triana para poder ‘cardioasegurar’ la capilla y las dependencias de la hermandad, completando ahora su formación de manera que puedan asistir a cualquier persona que sufra una parada cardiorrespiratoria en sus instalaciones hasta la llegada de los equipos de emergencias sanitarias.