Redacción. Para los expertos, el abordaje nutricional de los pacientes COVID precisa de una adecuada y precoz valoración y diagnóstico del estado nutricional, que permita la aplicación de un tratamiento nutricional temprano, adecuado a las necesidades clínicas y nutricionales, reduciendo complicaciones, mejorando resultados clínicos, alcanzando una recuperación temprana y disminuyendo la estancia y reingresos hospitalarios.
Todo ello se ha visto traducido en que las distintas sociedades científicas parten de una recomendación generalizada dirigida a la realización de un cribado nutricional en éste tipo de paciente.
Desde la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Virgen Macarena, se ha desarrollado para este fin un algoritmo de cribado-nutricional–disfagia y tratamiento nutricional muy sencillo, que en palabras de la doctora Juana Rabat, responsable de la Unidad, «puede aplicarse de la forma más precoz posible y lo tenemos disponible para cualquier profesional no especializado en nutrición, de forma que pueda clasificar a los pacientes y estos puedan beneficiarse lo más rápido posible de un adecuado soporte nutricional».
Desnutrición
«Este algoritmo o este abordaje puesto en marcha, se ha realizado sin menoscabo, evidentemente, del mantenimiento de una vigilancia de la nutrición del paciente durante todo el tiempo de ingreso y la implicación de los médicos, enfermería y dietistas del Servicio de Endocrinología y Nutrición, que han hecho el seguimiento especializado de todos aquellos pacientes que lo han requerido», aclara la doctora Rabat.
La desnutrición se relaciona con peores resultados clínicos como mayor pérdida de peso, masa muscular y funcionalidad, peor apetito, mayor severidad de enfermedad, y estancia hospitalaria prolongada, especialmente en pacientes que requieren ingreso en unidades de cuidados intensivos.
Tratamiento nutricional
El tratamiento nutricional durante la hospitalización, debe aplicarse entre 24 y 48 horas del ingreso. Especialmente para pacientes mayores y pluripatológicos, cuyas condiciones nutricionales pueden estar ya comprometidas. Siempre que sea posible, se prefiere la vía oral, un inicio temprano y oportuno de la nutrición mejora la barrera de la mucosa intestinal, la inmunidad intestinal y mantiene el equilibrio de la microbiota.
Es muy importante hacer un seguimiento del paciente, vigilar la ingesta de alimentos, suplementos y valorar la evolución del estado nutricional, lo que permite adaptar en cada momento la dieta a su necesidad nutricional. «En nuestro hospital, explica la especialista, tanto los pacientes ingresados en la UCI como los enfermos hospitalizados que han precisado tratamiento médico nutricional lo han recibido, gracias a la participación coordinada de los miembros de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética y de otros servicios, incluyendo médicos, enfermeras, dietistas y farmacia hospitalaria, además del Servicio de Alimentación. Todos ellos han jugado un papel muy relevante en esta pandemia».
Los médicos del Servicio de Endocrinología y Nutrición establecen la terapia nutricional más apropiada para cada paciente y hacen su seguimiento hasta el momento del alta, donde a través de una coordinación con Atención Primaria y las consultas externas de nutrición mantienen el soporte nutricional hasta la completa recuperación del paciente.
Teleconsulta
Los pacientes que no pueden desplazarse o que han sido atendidos en su domicilio por los profesionales de Atención Primaria(AP), reciben un soporte nutricional especializado a través de la Teleconsulta de nutrición enteral a domicilio, que aunque la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital Macarena tiene implementado este servicio desde 2007, la crisis sanitaria ha resaltado su utilidad, instaurándose como la principal herramienta que ha permitido a muchos profesionales sanitarios seguir cuidando a sus pacientes durante la pandemia, evitando los desplazamientos innecesarios.
Durante la pandemia las consultas de Nutrición han incrementado el seguimiento de pacientes a través de las consultas telefónicas y consultas telemáticas, permitiendo una asistencia más rápida y especializada, manteniendo siempre la comunicación y coordinación con otros servicios del hospital y especialmente con los de AP.
«Esta asistencia no sería posible sin la implicación de la AP, especialmente de las enfermeras gestoras de casos, que realiza un gran trabajo, detectando a los pacientes en riesgo nutricional, valorándolos en su domicilio y recabando toda la información valida que nos permite hacer un diagnóstico y prescripción del tratamiento nutricional más adecuado» reconoce la doctora Juana Rabat.