Redacción. El Monasterio de Santa María de Jesús, situado en la calle Águilas de la capital hispalense, se prepara para conmemorar los cinco siglos de vida desde su fundación. Así, este martes, el cenobio, habitado por hermanas clarisas, acoge a las 18.00 horas la presentación de apertura de su Año Jubilar.
Durante la presentación, se dará a conocer el cartel y el logotipo de la efemérides, ambos de José Manuel Peña; mientras que José Tomás Pérez-Indiano es autor del libreto de la Eucaristía y la tarjeta de invitación al acto. Por otra parte, monseñor Juan José Asenjo inaugurará el Año Jubilar el próximo 11 de enero, en el transcurso de una Eucaristía concelebrada, donde a su inicio, se realizará el acto de apertura de la Puerta Santa.
Los inicios del Monasterio de Santa María de Jesús están íntimamente relacionados con la figura de Don Álvaro de Portugal, primo de Isabel, reina de Castilla y León, casado con Doña Felipa de Merlo. Movido por el fervor que sentía hacia la Orden de Santa Clara, quiso fundar un cenobio en Sevilla, ofreciéndose a pagar todos los gastos. En 1498, el Papa Alejandro VI concede a éste la facultad para edificar y fundar el monasterio. Referencias destacables encontramos después en 1520, cuando el hijo de Don Álvaro de Portugal, Jorge Alberto de Portugal y Melo, prosigue con el deseo de su padre junto con su madre, quien no ceja en su empeño de cumplir su última voluntad. Se funda entonces de la mano de Marina de Villaseca, quien se convierte en la primera abadesa, y que llegó con doce hermanas provenientes todas ellas del Convento de Santa Isabel de los Ángeles, de Córdoba.
Durante construcción colaboraron artífices de la talla de Juan de Oviedo, quien al alimón trabajó con Alonso de Vandelvira, mientras que en relación a la imaginería destaca un Nacimiento, atribuido a Roldán, quien ejecutó también las figuras del altar mayor, realizado por Cristóbal de Guadix. Igualmente, destaca la Virgen de las Nieves, atribuida a Juan de Oviedo, una Inmaculada, de la Roldana y una interesante colección de Divinos Infantes, llegados de la mano de las clarisas franciscanas. El Monasterio de Santa María de Jesús contiene además una efigie de San Pancracio, de gran veneración en la ciudad, siendo la imagen de mayor devoción del cenobio.