Victoria G. Mora. José Manuel Ramírez es fotógrafo de profesión y viajero de espíritu. Estudió Antropología y enseguida decidió que quería conocer el mundo. Su cámara lo ha acompañado allá por cada rincón que ha descubierto, encontrando siempre algo que inmortalizar en el tiempo y en su memoria.
El sevillano se mudó a Japón en 2005. Primero estuvo en Nagoya y luego llegó a Tokio, donde reside actualmente con su pareja, Ayaka, y su hija, Aphrodita, de diez años. Anteriormente ya había vivido en Estados Unidos, Portugal y Alemania, además de visitar numerosos países alrededor de todo el mundo.
José Manuel ha sido fotógrafo de la Unión Europea, Greenpeace, Naciones Unidas o Cruz Roja, entre otras entidades. Además de cubrir las Exposiciones Internacionales para diferentes medios desde 1992.
A pesar de los más de 11 mil kilómetros que lo separan de su tierra natal, José Manuel sigue ligado profesionalmente a sus raíces. Una de sus últimas exposiciones en Sevilla fue la de Mercaderes, que el pasado mes de septiembre recogía un homenaje a los comerciantes de la plaza de abastos de la Encarnación.
Hablamos con él sobre su experiencia en la capital japonesa.
-¿Por qué decides mudarte a Tokio?
-Por una exposición internacional (Expo Aichi 2005), primero estuve en Nagoya. Y después aquí, por una mujer, Ayaka, que estaba en la recepción de la prensa extranjera, en la Expo. Ahora son dos mujeres, mi hija, Aphrodita (10 años) y mi mujer, Ayaka.
-Viviste anteriormente en China, ¿a qué de debió esa estancia?
-Fui por primera vez en el año 2004 a hacer un viaje y me recorrí el norte del país. Estuve en China del 2007 al 2011. Principalmente porque me apetecía ver de primera mano aquello que otros me querían contar. Estuve de director y de fotógrafo de IPA Press.
-¿Has residido en otros países también largas estancias como esta?
-He estado en EE.UU, en Portugal, en Alemania, y he visitado otros países como Italia, Francia, Libia, México, Marruecos, India, etc.
-¿Qué es lo que más te atrae de la cultura oriental que te rodea?
-Habría que matizar algunas cosas. La cultura oriental no es igual, los indios no son iguales a los chinos, los chinos no son iguales a los japoneses etc, etc.
-¿Llegaste, primero a China y luego a Japón, con algún prejuicio en cuanto a la cultura? Si fue así, ¿se han desmontado?
-No he ido nunca con prejuicios, si no se acabó el viaje o la estancia. He ido con curiosidad, en todo caso. Me ha hecho ver que hay más cosas comunes que nos unen que cosas que nos separan (las costumbres, la adaptación al lugar…).
-¿Qué percepción tienen allí de los españoles?
-La percepción, en general, es bastante tópica. A los españoles, le gusta el fútbol, los toros, la Semana Santa, cuentan chistes, bailan flamenco, cantan… Nada de lo anterior lo hago o no sé hacerlo.
-¿Cómo es un día tuyo en Tokio?
-No soy una persona al uso. Luego mi día a día, en general, es levantarme temprano, hacer mis cosas, hacer mis fotografías, editar… Hacer mis proyectos. Y estar con mi hija y mi mujer.
-De los trabajos que has realizado allí, ¿alguno que te haya marcado especialmente?
-Si, trabajar en una fábrica. Te ayuda a conocer la mentalidad japonesa.
-¿Qué te ha aportado profesionalmente la ciudad? ¿Y personalmente?
-Profesionalmente nada. En lo personal, mi mujer y mi hija.
-¿Conoces el idioma de allí? ¿Te ha resultado un impedimento en el día a día?
-Se puede decir que no. No conozco el idioma japonés. Pero al final entiendo algo. Puede resultar un impedimento no conocer un idioma, o puede ser una ventaja.
-¿Qué es lo que más extrañas de tu país natal?
-Mi familia y mis amigos. Pero hay que tener en cuenta que el tiempo no pasa en balde.
-Si pudieras llevarte una sola cosa de Sevilla a Tokio, ¿qué sería? Y al revés, ¿qué te traerías de allí para acá?
-Mi cámara y desde Tokio lo mismo. Así podría decir con imágenes cómo es Sevilla y cómo es Tokio.
-¿Dónde te ves viviendo en los próximos años? ¿Te gustaría regresar a Sevilla?
-En mi casa, esté donde esté. El regreso, ¿a dónde?
-Por último, un mensaje a tu familia y amigos que te leen desde Sevilla…
-Cuidaros, os quiero. Besos a tod@s.