Redacción. Los profesionales de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Universitario Virgen del Rocío asisten a más de 800 pacientes con enfermedad de Parkinson cada año. Entre ellos, a quienes padecen esta enfermedad neurodegenerativa de inicio temprano (alrededor de los 40 años) al ser unidad de referencia nacional CSUR acreditada por el Ministerio de Sanidad para atender a personas con este problema de salud en cualquier ciudad del país.
Así mismo, está en vías de solicitud de adherencia a las ‘European Reference Networks’ en trastornos del movimiento y ha solicitado otras atribuciones dentro de los centros CSUR. Esto es posible gracias a la elevada cualificación de sus especialistas dentro de un grupo multidisciplinar que lo forman neurólogos, personal de enfermería, biólogas, genetista, bioingenieros y neuropsicólogos, dirigidos por el Dr. Pablo Mir.
De esta forma, dirigen la asistencia y la valoración clínica de los pacientes con trastornos del movimiento, entre ellos la enfermedad de Parkinson. Y además presentan una actividad muy intensa en el ámbito de la investigación, desde evaluación clínica y desarrollo de ensayos clínicos, hasta la realización de estudios genéticos.
Búsqueda de nuevos biomarcadores para la detección de la enfermedad
Uno de los objetivos principales tanto desde el punto de vista clínico e investigador está la búsqueda de nuevos biomarcadores para la detección de la enfermedad de Parkinson en estadíos presintomáticos. En este caso, la detección temprana de la enfermedad es de vital importancia ya que existen ensayos clínicos con fármacos neuroprotectores que podrían alterar el curso natural del Parkinson.
Así, las líneas de investigación actuales se centran en el desarrollo de biomarcadores y fármacos capaces de detener la progresión de la enfermedad en estadios previos a la aparición de los síntomas motores definitorios de la enfermedad de Parkinson.
El grupo está inmerso también en otros estudios que engloban el reconocimiento de otros biomarcadores (genéticos, metabólicos, de neuroimagen, etc) en relación con la génesis y evolución de la enfermedad. Así, el conocimiento del origen de esta enfermedad por su elevada prevalencia, resulta de gran interés desde el punto de vista científico. Se estima que afecta en España a unas 160.000 personas, de las que 22.000 residen aproximadamente en Andalucía. El 10% sufre la patología en estado avanzado y requieren de terapias de segunda línea para su control.
Además, al ser de referencia autonómica en terapias de segunda línea como la estimulación cerebral profunda o las terapias de infusión, sus profesionales intervienen un número elevado de pacientes con enfermedad de Parkinson, aportando una gran mejoría en la calidad de vida a los pacientes con esta enfermedad.