Redacción. El pasado mes, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) publicaba una serie de recomendaciones sobre el posible déficit de dihidropirimidina deshidrogenasa (DPYD), presente mayoritariamente en pacientes oncológicos que siguen tratamiento con el grupo de fármacos: fluorouracilo, capecitabina, tegafur y flucitosina.
La administración de estos fármacos en pacientes con un déficit completo de DPYD, puede ser mortal y está contraindicada. Siendo necesario, por tanto, un ajuste de dosis cuando el déficit es parcial. Por ello, la AEMPS recomienda realizar pruebas de genotipo y/o fenotipo en los pacientes candidatos a tratamiento con 5-fluorouracilo, capecitabina o tegafur antes de iniciar el tratamiento.
El Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Virgen Macarena lleva realizando esta determinación desde hace tres años, bajo un estudio de investigación, que pretende caracterizar la relación existente entre la presencia de ciertos polimorfismos genéticos y la toxicidad derivada del tratamiento con fluoropirimidinas.
El trabajo, liderado por el citado Servicio en coordinación con la Unidad de Análisis Clínicos y el Servicio de Oncología Médica, pretende disminuir la variabilidad en los resultados observados en este grupo de fármacos en cuanto a su efectividad y garantizando la seguridad del paciente.
En opinión del doctor José Antonio Marcos, investigador principal y facultativo especialista del Servicio de Farmacia Hospitalaria, “este tipo de análisis constituye una herramienta de utilidad en la individualización de la terapia oncológica, minimizando las reacciones adversas asociadas al tratamiento y mejorando con ello la efectividad del mismo”.