Carmen Prieto. Conocía perfectamente a su hermandad por dentro, sus actividades y necesidades, por lo que este primer año como hermano mayor de la Macarena para José Antonio Fernández Cabrero (San Felices de Buelna, Cantabria, 1953) no ha entrañado más dificultad que la necesidad de estar permanentemente pendiente de una corporación formada por 15.000 hermanos: «Es un lugar para trabajar mucho si quieres hacer las cosas bien y si quieres ser responsable. No se puede venir a estar sino a hacer». Hasta el martes celebran uno de sus cultos más importantes: el besamanos de la Virgen de la Esperanza.
-¿Exige mucha dedicación?
-Si quieres llevar adelante todos los proyectos que uno tiene en mente, exige una dedicación total. Pero esto está en la ambición y las metas de cada uno. No soy hombre de estar en el atrio mirando y conversando. Creo que hay que conversar con el hermano y escucharle, pero también hay un tiempo para hacer cosas.
-¿Qué balance hace de su gestión de este primer año?
-Muy positivo, sobre todo en el acercamiento al primer y más importante objetivo que me marqué para la hermandad: tener una hermandad fraterna en la que todos los hermanos podamos estar juntos y llevarnos tremendamente bien, tanto los que concurren a unas elecciones con un pensamiento como con otro, todos. Después está el aspecto del desarrollo del carácter caritativo, del que sigo muy encima [en la anterior junta de gobierno, con Manuel García como hermano mayor, Fernández Cabrero era diputado de Caridad] porque si el hermano mayor no cree en la caridad una hermandad tiene pocas posibilidades de avance.
-En las elecciones, hace un año, concurrieron dos candidaturas que parecían representar dos bloques en la hermandad. ¿Esto ya se ha diluido?
-Había dos líneas de pensamiento distintas. Pero para que desaparezcan basta con que uno quiera y yo, primero, soy muy proclive a acercarme a mis hermanos de la otra candidatura cuando los veo y, segundo, siempre encuentro una amable acogida por su parte.
-¿La relación con Santiago Álvarez, su contrincante, en particular es buena?
-Muy buena. Debe ser así. No tiene sentido lo contrario. Cualquiera de las partes que no esté en este camino está equivocada y dando un pésimo ejemplo.
-La Madrugá de 2018 supuso un cambio de itinerario para la hermandad, dejando atrás el recorrido histórico por Cuna y la Anunciación, para pasar por la Alfalfa y la plaza Cristo de Burgos. ¿Mantiene el mismo planteamiento para la próxima Semana Santa?
-Ya se lo he dicho a los hermanos mayores de la Madrugá: no cambio nada.
-No era tan difícil…
-Ahí está. La gente me llamaba loco, se está dando tiros en los pies. Claro que estoy loco: por hacer las cosas bien, por ambicionar calles mejores. Ir por la Alfalfa significaba ayudar mucho al Ayuntamiento en el aspecto de la seguridad, porque liberaba Cuna; contribuir a la mejora del desarrollo de la Madruga, y si había una hermandad que tenía que dar ejemplo era la Macarena; además significaba que mis hermanos transitaban mejor. Luego no tenía más que cosas a favor. Lo que hay es que tener valor para tomar decisiones.
-Renunciando a una tradición.
-¿A pasar por la Encarnación como hacíamos desde 1624? Pues yo pregunto: ¿estamos practicando la misma religión que en 1624? ¿Tenemos las mismas adversidades que nos presenta la sociedad? ¿Se desarrollan por igual los cristianos? No. Esto es una religión viva, en movimiento; no en los valores esenciales de la misma, pero sí en su adaptación a la sociedad. ¿Cuántos nazarenos había en 1624? ¿Cuántos salen ahora?
-¿Los nazarenos, supongo, se lo agradecerían?
-Creo que es el cuerpo más agradecido ahora, los que más lo han notado, al menos al tenor de lo que me vienen diciendo.
-Durante este tiempo, se han conocido sobre todo las acciones de la hermandad con fines sociales. El festival taurino, una despensa macarena y otras iniciativas… ¿Responden a esa implicación que comentaba antes?
-El festival taurino es un hecho puntual, la asistencia social tiene 22 áreas que desarrolla cada día. Antes del festival, ya teníamos alquilado un local de 148 metros cuadrados, con una despensa macarena, que es un economato propio. El festival ha sido un éxito en tanto que ha generado recursos para los pobres, los necesitados, para el programa de la cárcel, para el programa de la inmigración, para el programa de becas universitarias…
-¿Ahí es donde tiene que estar la Macarena?
-Ahí es donde tiene que estar. Fuera de los pobres no hay salvación. Es verdad que yo soy un hombre más de hermandad que de cofradía, aunque me encanta la Virgen en la calle y el Señor, y la estética… pero, en el día a día, soy un hombre de hermandad.
-¿Tienen ya una decisión tomada sobre los restos de Queipo de Llano que están en la basílica?
-No tenemos ninguna decisión. Los restos están en la basílica y lo único que dice su lápida es el nombre y las fechas de su nacimiento y de su muerte, ¿dónde hay ahí de la Memoria Histórica? Si no la hay… Dijeron también que hay una ley que afectaba, que nos obligaba a trasladar esos restos. La ley no es bastante, si lo fuera, ya nos habrían obligado. ¿Qué estamos esperando? Que se redacte el reglamento que desarrolle la ley, pero hasta ahora, nada. La mitad de la gente que habla de Queipo no sabe ni dónde está ni viene nunca por la basílica. Ahora bien, hay que ser respetuoso con la ley. Cuando esté el reglamento, actuaremos en consecuencia.
-Pero tienen la opción del columbario que van a construir.
-El columbario era el primer compromiso de los 37 de mi candidatura. Yo no estaba pensando en Queipo, yo lo propuse pensando en mis hermanos, pero si encima me facilita la labor en su momento, estupendo. No hay un columbario para meter a Queipo. Lo hago porque me comprometí, está escrito en mi programa desde agosto de 2017.
-De todo lo que llevaba en el programa, de esos 37 puntos, ¿qué le queda por hacer, además del columbario?
-Ya he cumplido el 67% de los compromisos: de 37, 23. Del columbario ya está decidido el sitio, y de once proyectos que se han presentado, hemos seleccionado dos que se someterá al cabildo general: uno es muy bueno para la hermandad y el otro nos permite un poco más de capacidad. Lo prepararemos en el próximo cabildo de oficiales. Pero lo que importa es la dimensión espiritual porque las hermandades muchas veces somos un gran escaparate sin trastienda espiritual. A mí me obsesionaba el culto al Señor, por eso me siento especialmente orgulloso de haber implantado la vigilia al Señor el primer jueves de cada mes. Me gustaría que todos los que se comen al Señor en la Madrugá supieran que los espera cada primer jueves de cada mes. Las hermandades sólo tienen sentido si son fraternas entre ellas, caritativas y sociales. Si las hermandades no vuelven a ser aquello por lo que fueron fundadas, tienen poco que avanzar.
-Durante la campaña electoral, descartó una salida extraordinaria de la Virgen con motivo del 425 aniversario. ¿Lo mantiene?
-Sólo una persona me lo preguntó en un cabildo de hermanos y dije que no. No contemplo la salida porque tengo pensadas otras muchas actividades, que enriquecen al hermano y a la hermandad, con contenido educativo, que muestran a la hermandad en sus múltiples facetas, también la estética, pero que no pasa por sacar la Virgen.
-¿Cuándo empezarán estas actividades?
-Ya tengo muchas cosas pergeñadas: abriremos el camarín todos los días, tendremos una sabatina especial al mes, tendremos una formación cada mes con ponentes de temas concretos, de formación, de actualidad social, de actualidad religiosa, de dimensión espiritual…
-¿Qué le han parecido las elecciones al Consejo?
-Que cuando una persona concurre a las urnas puede pasar cualquier cosa. Creo que Antonio Piñero y Paco Vélez son dos buenas personas, dos buenos gestores, que se encontraron en sitios distintos. Juntos podrían haber hecho cosas importantes, solos también lo van a hacer.