Europa Press. El consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior y portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo, ha anunciado este martes que la Junta va a licitar «de forma inminente un contrato de emergencia por un valor que rondará los 100.000 euros» para desarrollar una fumigación «novedosa, a través de drones«, en «zonas específicas de pantanales y arrozales más alejados de los cascos urbanos donde residen las larvas del mosquito» que propaga el virus de la fiebre del Nilo, con el objetivo de «acabar ya» con dicho brote detectado en la provincia de Sevilla y «prevenir y atajarlo de raíz de cara al futuro».
Así lo ha anunciado Elías Bendodo en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno, en la que ha comparecido junto al consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, y donde ha querido dejar claro que el Ejecutivo autonómico «no se va a poner de perfil en este asunto», y este martes ha dado «un gran paso para intentar solucionar este problema entre todos».
Además, ha apuntado que, en su «empeño» por atajar este virus, la Junta requiere la «colaboración técnica» de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y de las diputaciones de Sevilla y Huelva, y al respecto ha anunciado que este miércoles se celebrará «una reunión técnica de las consejerías de Salud y Agricultura con los delegados de Medio Ambiente de los municipios afectados, donde estarán también la CHG y la Confederación de Arroceros para avanzar en la actuación inmediata y en un plan estratégico que aborde este problema de forma global».
Coordinación de la Junta con la Administración
El Gobierno andaluz acuerda así asumir, «ante la situación extraordinaria por el virus del Nilo», la coordinación con todas las administraciones y la fumigación fuera del casco urbano, de acuerdo con el informe de los técnicos y en el territorio de la Zona de Especial Actuación.
Así, los términos municipales de las Marismas del Bajo Guadalquivir y las agrupaciones contiguas de municipios se han declarado ‘Zonas de especial actuación’, lo que supone la aplicación de unas medidas específicas, que se recogerán en un programa de actuación de los servicios municipales o la Diputación provincial, conjuntamente con la Delegación Provincial de la Consejería de Salud correspondiente o el Distrito Sanitario en quien delegue. El programa de actuación se elevará a la Consejería de Salud para su aprobación, la cual podrá recabar el asesoramiento técnico de aquellos profesionales que, en cada caso, estime oportuno.
Este miércoles se constituirá la comisión técnica encargada de elaborar los planes concretos de actuación en los municipios afectados por la declaración de zona de especial actuación y el plan estratégico de prevención para recibir las aportaciones de municipios, Diputación, Confederación y empresarios del sector arrocero.
Este programa de actuación debe tener implantación desde el próximo año, y posteriormente mantener una continuidad anual, desde la asunción de la existencia de los factores ambientales, naturales, aves y vectores que van a seguir permitiendo mantener el ciclo zoonótico del virus de la fiebre del Nilo.
Además, debe incluir distintas líneas de actuación que abarquen desde el diagnóstico de la situación hasta el control de los mosquitos y larvas.
Medidas tomadas y estrategias de actuación
El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento este martes de las medidas adoptadas por la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica ante la aparición del brote de fiebre del Nilo, así como las estrategias de actuación que se seguirán después de la fase de choque, que ya ha sido ejecutada.
Las estrategias de actuación contempladas en la fase II incluyen actuaciones de control del mosquito y sus larvas a medio plazo y en una extensión territorial mayor respecto al área periurbana. La fase II tiene, además, una primera etapa muy relevante denominada «diagnosis de situación» a través de la cual se encauza el tratamiento adulticida a localizaciones concretas y la utilización de productos químicos de manera más localizada, lo que reduce el riesgo para la salud y para el medio ambiente.
También lleva a cabo la localización y seguimiento de los focos larvarios potenciales y funcionales, con objeto de llevar a cabo el tratamiento con productos larvicidas autorizados.
«Minimizar el riesgo de transmisión del virus del Nilo a la población humana»
En el informe se detalla que la complejidad y extensión del problema requiere de una actuación integrada y extendida en el espacio y en el tiempo, lo cual exige una planificación y coordinación de las posibles medidas preventivas y de control poblacional vectorial, solo posibles con un programa de control diseñado y realizado por personal experto y con la colaboración de las administraciones competentes. La prioridad es prevenir la aparición de nuevas emergencias de adultos, por lo que es crucial poner el acento en la eliminación de los mosquitos en sus fases pre-imaginales (huevos, larvas o ímagos).
Esto, sin dejar de lado que la eliminación de los adultos presentes debe realizarse en paralelo, para evitar la réplica de un nuevo ciclo larvario, según apostilla la Junta.
El objetivo principal del plan es controlar las poblaciones de mosquitos culícidos en la zona de influencia del brote para «minimizar el riesgo de transmisión del virus del Nilo a la población humana». La declaración del brote activo requiere que este objetivo se plantee para el corto y medio plazo, «al menos hasta la desaparición de los factores ambientales favorables o la acometida de un plan posterior continuado, es decir al menos hasta el mes de noviembre incluido», incidiendo en «la necesidad de que se inicie con brevedad con el fin de evitar una posible reaparición de mosquitos puedan amplificar el virus».