Carmen González. Cuando llega las ocho de la tarde en Herrera, un pueblo de la Sierra Sur de Sevilla, empieza a sonar un himno que sitúa a sus vecinos en plena celebración de su peculiar Semana Santa . El confinamiento impuesto por el estado de alarma, no ha impedido que los músicos sigan con sus ensayos, dos bandas conviven en el pueblo y cada día salen a los balcones para que los vecinos no se queden sin música.
Da igual que subas por la calle Antequera o Sol en Herrera, porque la música suena cuando llega esa hora. Los músicos de la Agrupación Musical Herrereña y la Agrupación Amigos de la Música se coordinan como pueden pero todos los vecinos reconocen de inmeditato el que está considerado como el himno del municipio, La Carrascosa.
Y estos vecinos dice que es emocionante escuchar a sus dos bandas en los balcones, realizando un verdadero esfuerzo para coordinarse y que la música pase de una calle a otra tal como si sus componentes fueran ya camino de las Casa Hermandades o cuarteles para dar salida a las procesiones o a los romanos de las representaciones.
Pero no tocan solo La Carrascosa. Los músicos se comunican por whastapp para quedar de acuerdo y tocar cada día una marcha e intentar que la calle Matadero, Montezuelo, Sol, Antequera, lugares donde viven más componentes de estas dos bandas, transmitan un mensaje de esperanza que baje y suba calles y nadie se quede sin música.
Con ella los ciudadanos se trasladan al Jueves y Viernes Santo, llegan mentalmente hasta la plaza central del pueblo para ver la escenificación de las Tres caídas de Jesús, acompañado por El Miserere, otro himno litúrgico, que en estos días recorre una calle y otra, y la de más allá. “Los vecinos esperamos cada tarde para oírlos y acompañarlos de aplausos de agradecimiento”, dicen.
Imágenes para la cápsula del tiempo
Este año, ya saben los vecinos de Herrera que no podrán ver las procesiones ni las representaciones de pasajes bíblicos en el centro de este pequeño pueblo, celebración que da un toque de peculiaridad a su Semana Santa.
Seguramente, ya habrán ya captado en imágenes los resultados del confinamiento al que se han visto obligado sus vecinos, a la par que los del resto de España. Y parte de estos documentos se recogerán en una cápsula del tiempo que la Hermandad de Las Misericordias confinará en su sede. Porque estaba previsto en abril reunir todo lo que aportaran los vecinos en una urna para celebrar el 50 aniversario de la hermandad. Y abrirla dentro de 50 años.
El proyecto solo se ha atrasado, a la espera de que todo vuelva a la normalidad. Por eso alguien se tiene que ocupar de contar que en 2020 los músicos de Herrera, localidad que cuenta con un Conservatorio Superior de Música, un virus muy contagioso no impidió que sus dos bandas tocaran para que todo el pueblo reviviera la Semana Santa cada tarde, a las ocho en punto.