M.C. Contreras. Este jueves 16 de enero se celebra el Día Internacional de la Croqueta, todo un monumento a la gastronomía andaluza, que, como otras muchas cosas, innova para adaptarse a los nuevos tiempos.
Hay quienes dicen que fue una idea del chef de la corte de Luis XIV en el año 1619 y otros le atribuyen el invento gourmet al fundador de la cocina clásica, Monsieur Escoffier, en 1898. Pero lo que nadie discute es que la croqueta es de origen francés.
Lo que también está claro es que el producto ha evolucionado de tal forma que de las manos de gente como José María Tavallo salen obras de arte culinarias en forma de croquetas, como se puede apreciar en un rato que se esté entre los fogones de su local.
Su empresa se llama La Croqueta Coqueta, y se encuentra en Castilleja de la Cuesta. Desde allí, elabora cada día croquetas clásicas, pero otras no tanto, como las de Brandada de bacalao y piquillos, Pollo, frijoles y jalapeños, Atún ahumado y leche de coco, Pollo barbacoa, Berenjenas a la parmesana, Cola de toro o Queso azul con pipas.
Todo artesanalmente en su cocina
Asegura que el único secreto consiste en elaborar todo artesanalmente, desde los guisos que luego se convierten en parte de las croquetas hasta las mismas. Una a una, dando forma a mano, salen de su cocina.
La idea, parece que funciona. Es innovación en un producto tradicional, y eso, cuando se hace bien en cocina, suele llevar a buen puerto.