Redacción. El Ayuntamiento de La Puebla de Cazalla ha informado de que hace escasas semanas, y tras el correspondiente proceso de licitación, ha comenzado la segunda fase de la construcción de la futura hospedería en el molino de la Casa de la Cilla, edificio catalogado como BIC. Posteriormente se adecentará el edificio con el mobiliario necesario antes de la apertura.
En el pleno ordinario del mes de noviembre se aprobaba el proyecto técnico de esta obra, a cargo del Fondo de Anticipos Reintegrables (FEAR 2017) de la Diputación de Sevilla y con operación de crédito en entidad bancaria. Tras dicha aprobación, a mediados de diciembre, comenzaba el proceso de licitación de la segunda fase, con la que se concluirá el proyecto de hospedaje en el conocido como molino de la Cilla.
El Ayuntamiento iniciaba a finales de 2017 la reparación y consolidación del molino de la Casa de la Cilla para habilitarla como un alojamiento hotelero, a cargo de una subvención del Plan Supera. “En un principio se ha consolidado el edificio, realizado con el Supera V del año pasado y, una vez consolidado estructuralmente, ahora estamos dándole forma al hotel” explica Eva Moreno, delegada de Urbanismo.
Esta es la segunda y definitiva fase durante la cual “se culminará el edificio”. Actualmente se está realizando la ejecución de la entreplanta y, durante los próximos días, “se llevará a cabo el hormigonado de la misma”.
El periodo de ejecución de esta segunda fase será de 12 meses y “estará finalizado seguramente sobre mayo de 2020 aunque ya estamos trabajando en el proceso administrativo de gestión” señala Miguel Ángel Martín, portavoz del equipo de gobierno. Las actuaciones están siendo realizadas por una UTE adjudicataria en el periodo de licitación.
El molino se encuentra en la zona más antigua del casco urbano y data de los siglos XVI y XVII. Cuenta con dos naves que se enlazan formando una escuadra a lo largo de las fachadas norte y este de la parcela, quedando el espacio restante como un amplio patio.
La torre del contrapeso se sitúa en la esquina donde se unen ambas naves que destaca su importante valor ambiental en la plaza del Arquillo y su valor etnográfico «al ser un testimonio de la industria aceitera en siglos pasados”.
Este hotel estará dividido en dos plantas distribuidas en 14 habitaciones -dos de ellas suites, ubicados en la zona más noble, ocho dobles, tres simples y una habitación adaptada- y un bar-restaurante en el interior. Será una hospedería con la categoría de tres estrellas.