Redacción. La Puebla de los Infantes se convertirá durante los días 27 al 29 de septiembre en el pueblo medieval más antiguo de la provincia de Sevilla durante las VIII Jornadas Medievales de La Vega y Sierra Norte de Sevilla. Serán unos días que pretenden ser mágicos y de fantasía con el castillo, la ermita y el mirador de Santiago como escenarios principales.
El evento ha sido presentado en la Casa de la Provincia de la Diputación por el diputado provincial de Cultura y Ciudadanía, Alejandro Moyano; por el alcalde de La Puebla de los Infantes, José María Rodríguez Fernández; el concejal de Festejos, Turismo, Patrimonio y Comercio, Miguel Martínez, y Juan Antonio Martínez, teniente de Hermano Mayor de la Hermandad de la Soledad. Además, han estado acompañados por figurantes del municipio.
La Puebla de los Infantes atesora un valioso patrimonio histórico del siglo XIII, lo que proporciona mayor realismo a estas jornadas en un entorno envidiable. Cada año son organizadas por la Hermandad de la Soledad, con la colaboración del Ayuntamiento, la Diputación y la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía y contienen un amplio programa de actividades que recrea la época medieval como uno de los principales atractivos.
Del 27 al 29 de septiembre se podrá disfrutar de animados pasacalles, zancudos, concursos medievales, de la cetrería, con visitas monumentales, museo de artes y costumbres populares, granja medieval y cuidado de los animales, conciertos, torneos y justas medievales, talleres y una gran cantidad de actividades durante el día y la noche.
La Puebla de los Infantes dispone de una rica gastronomía, por lo que en las inmediaciones del castillo hay tabernas que realizan tapas medievales tematizadas y con platos tan singulares a base de ciervo, ‘bocaditos de los infantes’, vareta de cerdo o el muslo de pollo con salsa cristiana, entre otros. Las bebidas que se sirven en torno al castillo durante estos días de fiesta se convierten en aguas aromatizadas, la cerveza de cebada y otras bebidas alcohólicas son ‘pócimas’.
Por unos días la vestimenta habitual entre los vecinos del pueblo se transforma en indumentaria de la época para dar la bienvenida a los visitantes. La Puebla de los Infantes sale a la calle para compartir mesa y mantel con este evento que, un año más, vuelve a convertir el centro histórico de la localidad en un burgo en el que artesanos, herreros, campesinos y hortelanos trabajan sin cesar.