Rosa Brito. Sonia Millán (39 años), licenciada en Derecho, llegó a Londres un poco de casualidad mezclado con un poco de voluntad. Hace más de 10 años que empezó a asesorar en contratos en inglés y siempre ha trabajado con otras culturas y en contacto con el extranjero. Hace casi 3 años, viviendo en Madrid, se encontró de repente sin trabajo y acababa de terminar una relación. Entonces, se dijo: «¿por qué no probar suerte en Londres, que es una ciudad que siempre me ha apasionado?».
Esta asesora es una amante de la capital británica. «Cada día es distinto, los estímulos y los retos también, son constantes». Afirma que vivir allí es trepidante porque la ciudad te ofrece mucho. A su vez, tienes que ser muy fuerte para aprovechar las oportunidades que ofrece. Pero es muy diferente a España, ya sabemos que los ingleses son muy suyos. «El clima, la comida y cómo se relacionan las personas es muy distinto. Por lo general son muy educados y mantienen mucho las formas, pero no son tan transparentes y espontáneos como nosotros».
Cuando le preguntas por su lugar favorito, Sonia no duda ni un segundo: la ribera sur del río Támesis, a la altura del Tower Bridge. Las preciosas vistas que tiene ayudan a encontrar el resquicio de paz que esta sevillana necesita en la caótica Londres.
Tiene miles de anécdotas desde que está allí, y todos los días ocurren nuevas. «Una de las primeras fue cuando alquilé mi primera vivienda ¡sin haberla visto siquiera! Es tan complicado encontrar casa que para que no me la quitaran dí la entrada del piso sin haberlo visto».
El principal obstácul que ha tenido que superar en este tiempo ha sido dominar el idioma. Una cosa es hablar inglés y otra desenvolverse por completo. Llegó con un nivel medio y ahora estaría en un nivel avanzado. Además, su comprensión oral ha mejorado mucho. La barrera personal también ha tenido que superarla. Es difícil adaptarse al carácter frío de los británicos. «Es un cambio radical en comparación a la calidez española y, sobre todo, la sevillana. Son mucho más tímidos para las emociones», sostiene Sonia.
Hasta ahora, su balance sobre esta experiencia es enormemente positivo. Londres en sólo casi 3 años le ha brindado unas oportunidades a todos los niveles que sería impensable en Sevilla. Por ello, no tiene pensado volver, por ahora. «Voy a visitar a los míos y a pasarlo bien». Echa mucho de menos la comida y sol a pesar de venir muy a menudo -al menos un fin de semana al mes- así que no le da mucho tiempo a extrañarlo.
«No recomiendo a todo el mundo esta experiencia. A quien sea muy miedoso, que se quede en su zona de confort. Pero quien tenga inquietud por ver más allá y alcanzar oportunidades que tu entorno no te ofrece, adelante. Hazlo. Un universo de oportunidades y experiencias están a tu alcance, solo tienes que creer en ti e ir a por ello. Sin pensar en lo que otros te digan. Sevilla va a estar ahí siempre y vida solo hay una».