Redacción. El 60% de los emprendedores españoles ha visto su actividad empresarial amenazada a causa de la COVID-19. Una cifra que es ligeramente inferior a la media internacional, según un informe coliderado desde la Universidad Pablo de Olavide que evalúa la repercusión de la pandemia en el colectivo emprendedor en términos económicos, así como de bienestar emocional y relaciones sociales. Los datos, que comparan una muestra de 23 países, sitúan a España a la cola en perspectivas de creación de empleo, solo detrás de Japón.
La morosidad en el cobro de las facturas y los problemas para atender las nóminas o proveedores han sido las dos principales amenazas para estos negocios durante la pandemia. En torno al 28% de los autónomos y pymes ha debido hacer frente a estas circunstancias. Algo que ha afectado de manera especial a China, Pakistán o Alemania, liderando esta última el ranking de emprendedores con dificultad para cubrir los costes de su actividad (44,5% de los casos).
Para casi la mitad de los encuestados españoles (41,5%), la crisis sanitaria no ha supuesto cambios en este sentido, “quizá porque España aún no había salido de las crisis anteriores”, apunta Ana Perez-Luño, coautora principal del estudio y miembro fundador del centro propio de investigación Inn-Lab de la UPO.
El 70% de los emprendedores espera poder crear puestos de trabajo en los próximos años
Junto a la cuestión económica, el salto a lo digital es otro lugar común para este colectivo. El 42% de la muestra afirma haber incrementado el trabajo no presencial o haber comenzado a desarrollar su jornada laboral desde casa. La asistencia a la oficina de los emprendedores de Chile, Australia y Reino Unido se ha reducido a menos del 10% de los casos, cifra que supone el 42% para España y Japón. En el otro extremo, los países donde se apuesta menos por el teletrabajo son Bosnia-Herzegovina, Noruega y Francia.
Pese al coronavirus, en torno al 70% de los emprendedores espera poder crear puestos de trabajo en los próximos años y casi el 40% estiman que su negocio será aún mayor que antes de la pandemia. Un entusiasmo moderado (casi la mitad de la muestra reconoce estar en una situación precaria), ante las oportunidades que se abren aún en estos momentos.
“Hablamos de un colectivo acostumbrado a enfrentarse a una incertidumbre constante, con gran capacidad de resiliencia, pero también hay que considerar que el estudio se hizo antes de la segunda ola y hoy, para según qué sectores, la situación es más dura”, señala Ana Pérez-Luño. Por ello, los responsables del trabajo, financiado por el King’s College de Londres, preparan un nuevo acercamiento para el mes de julio que permita contrastar los resultados obtenidos durante el pasado verano.
Bienestar emocional
Los niveles de satisfacción con la vida entre los emprendedores han caído un 12% durante los primeros meses de la pandemia, según el informe, pasando de 7.5 a 6.6 sobre 10. Más allá, apenas la mitad de los participantes en el estudio encontró tiempo suficiente para recuperarse del estrés laboral o para practicar ejercicio de forma regular. El 44% informó no dormir lo suficiente. Unos datos donde España se alinea como la media internacional.
La mayoría de la muestra (58%) manifestó estar preocupada la salud de su familia y por la suya propia. En esta línea, algo más de un tercio reconoció su temor por recibir cuidados médicos insuficientes. La incertidumbre a cuenta de la crisis sanitaria fue otro de las principales fuentes de estrés, junto con las intensas jornadas laborales que durante los primeros meses de la pandemia rondaba, de media, las 45 horas semanales.
Casi la mitad de los emprendedores advirtieron sobre la frustración que sentían ante las restricciones sociales. No obstante, el estudio subraya que apenas un 15% reportó sentirse solo en el trabajo. El colchón social (formado por familia, amigos y otros emprendedores) ha actuado de manera positiva para este colectivo, experimentándose un buen apoyo emocional en la mayoría de los casos.
Sobre el informe
Entrepreneurship during the Covid-19 Pandemic: A global study of entrepreneurs’ challenges, resilience, and well-being es un trabajo liderado por Ute Stephan, Przemysław Zbierowski, Ana Pérez-Luño y Anna Klausen, financiado principalmente por el King’s College de Londres, y también por el Programa Operatio FEDER Andalucía (entre otras fuentes). Además, cuenta con la colaboración del observatorio GEM (Global Entrepreneurship Monitor). En él han participado investigadores de 25 universidades distintas, que han entrevistado a más de 5.200 emprendedores de 23 países, incluidos Reino Unido, Francia, España, EEUU, China, Japón.
El estudio mide el impacto de la pandemia sobre la actividad económica, las perspectivas de negocio, el bienestar emocional y las relaciones sociales de los emprendedores. Para ello, han analizado entre abril y agosto de 2020 tanto a autónomos como a pequeñas y medianas empresas, de un entorno geográfico que abarca tres cuartas partes del Producto Interior Bruto mundial.
El informe termina con la reflexión sobre cinco tendencias encontradas para la economía post-Covid: digitalización; enfoque ‘local’, modelos de negocios inclusivos, desarrollo de personal y resiliencia emprendedora. Además, se ofrecen cinco pasos prácticos para que los emprendedores protejan su bienestar psicosocial.