Virginia López. Quien más, quien menos, tiene bonitos recuerdos del colegio donde estudió. La generación de la posguerra se retrató con el mapamundi detrás y la generación “egebera” con las cartillas Micho.
Todos los elementos que conforman la escuela tradicional y su evolución, pueden contemplarse en uno de los museos más desconocidos de la ciudad: el Museo Pedagógico de la Universidad de Sevilla.
Este espacio divulgativo, con exposiciones permanente y temporales, se enmarca en la facultad de Ciencias de la Educación, y en la actualidad lo dirige la profesora Mª José Rebollo Espinosa.
Nuestros recuerdos están ligados a nuestro colegio
Hay personas con tendencia a guardar juguetes y objetos de su infancia y, sin alcanzar un estado de Diógenes, hay quien gusta de rebuscar y comprar en mercadillos. En Sevilla contamos con un excelente escenario para ello como es El Jueves y algunas tiendas de segunda mano.
Pero más allá del objeto escolar, el libro de texto, la sierra para el ocume, el pupitre; está el recuerdo. Y la psique humana suele tener la inteligencia de enterrar lo desagradable para que aflore lo contrario. Así, el olor de la tiza puede ser la magdalena de Proust que nos traslade a nuestro cole, a nuestras clases, a nuestros compañeros y a nuestra aula, escenario donde se compendian todos esos elementos anteriores.
Podemos caer en idealizar el pasado, especialmente si atañe a la niñez, pero sin duda, gozar de una bonita infancia ayuda al ser humano en el desarrollo de la personalidad y ahí entran el maestro y la maestra. Una de las mejores profesiones y menos valoradas en nuestro entorno. Tengamos la profesión que tengamos, todos hemos aprendido de ellos.
Museo Pedagógico de Sevilla
Ahí radica el espíritu pedagógico del museo que abrió la Facultad de Ciencias de la Educación un 4 de octubre de 2012 y que en palabras de Mari Nieves Gómez García, su primera Directora, es un entorno único:
‘Conocer el pasado de nuestro pueblo no deja de ser una empresa apasionante, pero si ese conocimiento nos permite respirar el mismo aire que respiraron los protagonistas de ese pasado, la empresa adquiere un carácter mágico.’
En 2019 se amplió con una nueva sala y desde sus inicios ha desarrollado diversas exposiciones temporales que han permitido a estudiantes y al público en general, asomarse al pasado escolar de abuelos, padres y de ellos mismos. Es de agradecer, sin duda, que esté abierto al público pero dada la situación actual, os ofrecemos una visita en 360º que el equipo del museo ha colgado en la web:
http://institucional.us.es/museopedagogia/galeria/el-museo/visita-virtual
Podemos acercarnos al museo por mera curiosidad, arrastrados por la nostalgia, con el ánimo de verificar los recuerdos y contrastarlos generacionalmente, pero también supone una oportunidad magnífica para adentrarse en la Historia de la Educación. De hecho el patrimonio histórico que se exhibe es una valiosa herramienta para la didáctica y en los períodos de práctica los estudiantes asisten con asiduidad.
Pablo Álvarez Domínguez, experto en Museos Pedagógicos
Además de Pedagogía, en el Grado de Educación Infantil se imparten asignaturas sobre la Historia de la Educación. De todo ello nos habla el profesor Dr. Pablo Álvarez Domínguez, secretario del Museo y experto en dicha temática – desde que realizó su Tesis, que fue Premio Extraordinario de Doctorado -.
El profesor Álvarez nos ha respondido amablemente y nos ha contagiado por el entusiasmo que despliega en su currículum por el mundo de los museos pedagógicos. Materia en la que España presenta avanzadilla pese a que ‘no ha resultado fácil abrir un museo pedagógico en la Universidad de Sevilla’.
Así se afirma en el libro Los Museos Pedagógicos en España: entre la memoria y la creatividad, coordinado por dicho profesor. Aprovechamos para felicitarlo por haber sido elegido el 3er mejor Docente Universitario de España, en los Premios Educa Abanca 2020.
Cabe destacar que cualquier persona puede donar objetos que guarde pues el Museo Pedagógico se nutre de donaciones además de algunas adquisiciones pero sin duda los objetos con “alma propia” contribuyen a infundir un recuerdo más vívido.
Recordar, más que una moda
Las redes sociales, especialmente Facebook, han posibilitado el reencuentro de compañeros de clase y abundan las páginas y grupos dedicados a recopilar semblanzas de antaño.
A mi parecer la más notable es la que se llama Yo fuí a Egb (con la tilde tachada en rojo a modo de corrección). Este perfil no ha caído en el recurso cómodo de compilar vídeos de la televisión o una ristra de objetos ochenteros.
Ha sabido transportarnos a vivencias familiares, a recuerdos que incluso no habrían aflorado en nuestra memoria. Esos que dormían bajo las aguas, como escribiera Carmen Kurtz.
También llama la atención, pese haber vivido en la era pre-globalización, lo mucho que compartimos más allá de la distancia. Las niñas cántabras han cantado las mismas canciones jugando al elástico que las niñas andaluzas, por ejemplo.
Y digno de un estudio será comprobar cómo se generan los recuerdos en las actuales generaciones que lo tienen todo a su alcance. Pongo un ejemplo: antes veías un episodio de una serie que no volvías a ver y ahora internet te ofrece todo la información de inmediato.
Dicen que quien recuerda, vive dos veces y que cuando te recuerdan, no te has muerto del todo.
Los objetos y los recuerdos ligados a ese proscenio singular como es el aula son un preciado tesoro y una fuerte ligazón de la ciudadanía. Los sevillanos podemos considerarnos afortunados por contar con este museo que es más que un recuerdo vivo de nuestro pasado escolar. Es un punto de encuentro entre generaciones y coloca a la ciudadanía en el papel activo de ser preservador de nuestro patrimonio escolar.
Datos de contacto:
Museo Pedagógico de la Universidad de Sevilla.
Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Sevilla
Calle Pirotecnia, s/n – Planta 2ª