Sevilla acoge, del 27 al 29 de enero, el seminario Reimaginar la educación: nuevas herramientas para educadores y artistas, impulsado por el proyecto educativo A Tempo – Artes y Formación de la Fundación La Ciutat Invisible, que por segundo año llega a la capital hispalense. Las jornadas tienen el objetivo de proponer nuevas formas de pensar la educación actual desde la mirada transversal de las artes y se inaugurarán el próximo viernes 27, a partir de las 17.00hrs en el Teatro Alameda, con una conferencia inaugural que impartirá Valerio Rocco, director del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Bajo el título La innovación docente será artística (o no será), el también profesor de Historia de la Filosofía Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid profundizará sobre cómo hacer efectiva la innovación en las aulasincorporando las artes en los procesos de aprendizaje.
Organizado por la Fundación La Ciutat Invisible, este seminario cuenta con la Fundación Banco Sabadell como colaborador principal, el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla y la colaboración de Zemos98, el Teatro Alameda y la red Planea.
- ¿Cuál es la principal idea que quiere lanzar en este seminario?
La innovación más radical y profunda no tiene que ver con la digitalización o el desarrollo tecnológico, que simplemente aceleran procesos y dar respuestas más eficaces a las mismas preguntas. Las artes, la cultura y el pensamiento son más innovadores, porque son capaces de transformar las preguntas, poniendo en crisis los puntos de vista hegemónicos. Por eso, la innovación docente más radical en todas las asignaturas debe tener un componente humanístico, en general, y artístico, en particular. La colaboración con artistas en la escuela puede aportar una dosis de innovación inimaginable a todo el proceso formativo y en todas las asignaturas.
- Defiende que la clase de arte, lejos de la concepción clásica de manualidades o asignatura menor, puede ser uno de los ámbitos más revolucionarios para el entendimiento de otras disciplinas. ¿Por qué?
Las artes son formas de expresión que mezclan de manera equilibrada la creatividad subjetiva y el uso de técnicas y normas establecidas. También explican que toda innovación nace del diálogo con la tradición y con cierto equilibrio con el pasado del que se proviene. Este doble equilibrio es muy importante para la formación del estudiante y por tanto puede servir para adquirir contenidos y competencias en todas las disciplinas, para desarrollar un punto de vista personal sobre las mismas, pero al mismo tiempo atenerse a unas pautas y unos métodos establecidos por la tradición.
- A diario leemos reportajes sobre cómo hay alumnos que están utilizando los sistemas de la Inteligencia Artificial para elaborar sus tareas, ¿es una amenaza o una aliada en los procesos educativos?
Sin duda este uso de la Inteligencia artificial es una amenaza, porque traslada al estudiante la idea de que una máquina puede redactar textos con sentido sobre cualquier tema. Aprender implica esfuerzo, fracasos, correcciones que nos lleven a hacerlo mejor. La inteligencia artificial ofrece el atajo de la comodidad sin esfuerzo, sin comprensión real de los problemas. La auténtica cultura no consiste en saber elaborar contenidos, sino en evaluar su corrección e interrelacionarlos entre sí, manifestando una postura personal y crítica sobre distintas situaciones. Eso nunca podrá hacerlo adecuadamente una inteligencia artificial.
- Dirige desde 2019 el Círculo de Bellas Artes de Madrid, una institución privada con una larguísima tradición en la difusión y promoción cultural. Al margen del papel de las administraciones públicas, ¿qué valor tienen los programas educativos de las instituciones y centros privados hoy día?
Los centros privados y no ligados al sistema convencional de educación tienen un papel fundamental desde hace siglos en el desarrollo de la historia del arte, y en concreto en la formación de las vanguardias y las rupturas con la tradición. En el Círculo de Bellas Artes desde 2014 hemos creado la Escuela SUR de profesiones artísticas, de carácter multidisciplinar y revolucionario. De hecho, el lema de la Escuela, en la que los estudiantes pasan en dos años por casi 30 talleres de diferentes disciplinas, es “arte en (r)evolución”. La educación reglada pública siempre tiene más cortapisas para ser revolucionaria, innovadora, aunque sea fundamental para nuestra sociedad. Son dos sistemas diferentes, pero es bueno que convivan.
- Es profesor de la Historia de la Filosofía Moderna en la Universidad Autónoma de Madrid. ¿Cuál es el principal reto de la filosofía en estos tiempos de incertidumbre y qué vinculación tiene con el arte?, ¿cómo ayudan las humanidades y artes a los educadores en su tarea?
La filosofía, al igual que el arte, transforma las preguntas de nuestro tiempo, sospecha de los marcos establecidos y no criticados, y en este sentido disuelve las categorías caducas, impulsándonos a buscar nuevos conceptos y nuevas formas para pensar la realidad. Esto es crucial en una sociedad que ha dejado de hacerse preguntas, para limitarse a ser más competitivos y eficaces en dar respuesta a las exigencias del mercado. Los educadores deben enseñar a los estudiantes ante todo a saber hacerse preguntas, a cuestionarse la realidad. En este sentido, educar es enseñar una forma de resistencia ante lo establecido. En esta tarea (en todas las disciplinas) los saberes humanísticos y artísticos son profundamente útiles.