M.C. Contreras. En 2018, una cortadora vecina de Camas, Laura Polvillo, pasó 24 horas cortando jamón en su tienda de la localidad sevillana, con el doble objetivo de entrar en el Libro Guinnes de los Récords y reivindicar que haya una mayor presencia de la mujer en esta profesión.
Y lo consiguió, pero su reto no fue sólo el de ese día, sino que puso en valor la presencia de la mujer en un sector que parece acotado a los hombres.
Polvillo inició su reto a las 13.00 horas y estuvo hasta la misma hora del día siguiente realizando esta actividad, para lo que se había preparado física y mentalmente.
Para sacar adelante su idea, cortó una decena de jamones en centenares de platos loncheados, en lo que se había convertido en una jornada de puertas abiertas en su tienda, y aprovechando para dar a conocer la fundación que ha creado para que las mujeres que quieran ser cortadoras de jamón se unan a la misma.
Sector con pocas mujeres. Y es que, como ella explica, se trata de un sector «en el que incluso los concursos son de cortadores, y ya hasta en las bases se cierra la posibilidad de que entremos las mujeres», por lo que se ha propuesto que aumente el número de cortadoras que surjan a partir de ahora.
Su labor forma parte del entrenamiento para batir el récord del mundo, que ahora mismo está establecido en 72 horas seguidas, y fue seguida por decenas de personas que no paraban de entrar en su tienda durante toda la jornada.
Pero antes de ese reto, en 2016, ganó el primer campeonato de España de cortar jamón exclusivamente para mujeres celebrado en Valladolid, donde seis cortadoras profesionales enfrentaron sus cuchillos en las dos horas y media que había durado la prueba.
El espacio de la cúpula del milenio albergó este acontecimiento «único» y que «hará historia» en España, asegura el promotor del campeonato, el cortador profesional de jamón y empresario, Diego Hernández, quien ha explicado que ya tenía la idea de organizar un evento así desde hace «mucho tiempo».
Hasta hace no muchos años el mundo del corte del jamón estaba «dominado por los hombres», pero desde hace «unos cinco años», muchas mujeres se han presentado a concursos de corte con «buenos resultados», pero siempre se les escapaba «el primer puesto».
Por este motivo, Hernández decidió ceder todo el protagonismo en un solo concurso a las mujeres, ya que actualmente hay unas «cuarenta o cincuenta» cortadoras de jamón con un nivel «excepcional», que necesitaban «un pequeño impulso».
Las seis participantes de este concurso habían tenido que enfrentarse a varias pruebas que habían medido su destreza en varios aspectos, como el limpiado del jamón, es decir, quitar su parte externa y que amarga al gusto, el estilo de corte y su rectitud, el loncheado, el orden y la limpieza, el número de platos obtenidos o la elaboración de un emplatado artístico.
Al final, Laura fue la mejor, y quién lo quiere comprobar sólo tiene que ir a su tienda en Camas, y ver con qué destreza maneja los cuchillos.