Redacción. Tras ‘Patente de Corso’ y ‘Compadres para Siempre’, con los que han recorrido toda España durante más de 4 años y casi 100.000 espectadores, vuelven a la escena teatral española con un espectáculo sobre la educación que nos dieron y que les damos a nuestros hijos.
La obra según sus autores
Subyace en “Cosas de niños” una mala leche patria, de la que no nos hemos querido despegar en ningún momento desde el proceso inicial de creación, hasta los últimos retoques de pulido en los ensayos finales. Esa mala leche, incomoda, sí, pero también provoca, ironiza, duele, avergüenza, empatiza y te puede hacer reír desde lo más hondo de las entrañas.
Colocando al público frente a un espejo, un reality, un grupo de WhatsApp, debates y jerigonza, nuestros protagonistas (Toño y Gonzalo) se van a convertir (o ya vienen convertidos de casa) en esas dos Españas irreconciliables en la teoría, y de abrazo y ‘convidá’ en barra de taberna.
¿Qué mejor lugar que un colegio, para hablar, incluso gritar lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos? ¿Son Toño y Gonzalo dos niños, son adultos, son nuestra conciencia? ¿Ángel o demonio? Tenemos un recreo de 75 minutos para averiguarlo, para reinterpretarnos, o para sacar nuestras propias conclusiones.
Los actores
Alfonso Sánchez y Alberto López se han convertido en los mejores narradores de la etapa más reciente de nuestro país. Lo han hecho desde la comedia y sobre todo desde la creación de unos personajes arquetípicos a los que el público rápidamente ha identificado. Con ellos han conseguido una enorme aceptación popular plasmada en millones de seguidores.
Además, Alfonso y Alberto representan también la nueva generación que se ha implantado en el audiovisual andaluz y que triunfa a nivel nacional. Pero sobre todo representan el espíritu de trabajo y la fe en sí mismos. Han ido creciendo a base de su propio esfuerzo, sin más ayuda que el creer en lo que hacían. A día de hoy representan una de las parejas más exitosas de nuestro cine.