3 diciembre 2024
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Manuel Preda, de Triana a Taiwán

Manuel Preda Taiwan
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El país asiático le fue descubierto a través de su ex-pareja.

Rosa Brito. Manuel Preda Herrera, hijo de sevillano y peruana, tiene 23 años y vive en Taiwán. Habiendo cursado bachillerato y dos años del grado de Economía en la Universidad de Sevilla, uniendo a esto numerosos cursos de capacitación deportiva y emprendimiento, levantó un negocio deportivo hace dos años en Mairena del Alcor. Ahora trabaja como profesor de inglés en dos escuelas de Kaohsiung. «Hay mucha facilidad de trbaajo para europeos en puestos de enseñanza», afirma Preda.

El país asiático le fue descubierto a través de su ex-pareja, y gracias a ello se enteró del programa de becas de estudio para extranjeros con un nivel avanzado de Inglés que la Universidad Wenzao ofertaba en Kaohsiung. Blanco y en botella, aplicó la solicitud para el Grado en Relaciones Internacionales y Derecho Internacional. A este grado en la Universidad le suma un curso de cuatro años en chino mandarín.

Kaohsiung, la que fue hace unos años la ciudad con el tráfico de mercancías más relevante en el mundo tras Rotterdam y Hong Kong, es una ciudad repleta de contrastes entre la cultura japonesa (la cual gobernó la isla durante varios siglos), china continental y culturas aborígenes de la Isla. Sin lugar a duda, Kaohsiung es una gran ciudad que debido a su posición como segunda ciudad del país tras Taipei, la hace menos turística, «lo que a mi parecer realza el encanto de los sitios históricos y lugares para sumergirnos en el legado de culturas anteriores, creándose una atmósfera de amabilidad y respeto al turista o extranjero que incrementa el índice de integración en el país fácilmente».

Embárcandose en un cohete y poniendo rumbo a Júpiter. Así se sentió la primera vez que fue a Kaohsiung con ánimos de mudarse y empezar sus estudios. Características como la organización de las calles, cultura de ocio, gastronomía o hábitos sociales son completamente diferentes. «Las bases de lo que conocemos como nuestras costumbres y rasgos de una sociedad se ven modificados casi por completo al llegar a este país».

«Podría citar muchos lugares con el que me quedaría, pero el macrocomplejo santuario budista de Fo Guang Shan (佛光山), cercano a Kao-hsiung , el cual alberga una de las reliquias originales de Buddha, es una maravilla de la arquitectura taiwanesa que toma mínimo 2 días para descubrir la mayoría de los secretos que encierra»

Fo_Guang_Shan_Buddha_Museum
«Hay mucha facilidad de trbaajo para europeos en puestos de enseñanza», afirma Preda.

De anécdotas está lleno el tintero desde que llegó, por ello está trabajando en un libro en los cuales cuenta los choques culturales que, como sevillano de toa la via, ha experimentado. «Uno de ellos fue mi ignorancia de la prohibición de beber, incluso agua, masticar chicle  o comer cualquier alimento, en el metro. Recuerdo que el día que casi me ponen una multa de 7.500 dólares taiwaneses (alrededor de 227 €), compre mi desayuno en un puesto callejero de pancakes y té helado con leche, algo típico aquí, y me dirigía a la Universidad. Inocente de mí, abro mi bolsa de papel para saborear mi desayuno, preguntándome si valdría la pena el haber cambiado esa mañana el único sitio que conocía para desayunar por uno que vende para llevar, en lo que el guardia del metro comenzó a gritar en medio del vagón un chino ininteligible y a hacer  gestos de negación. Pensé que sería algo que estaba haciendo por algún extraño motivo, nada que ver conmigo, así que procedí a degustar mi desayuno. En ese momento se acercó a mí y me arrebató de entre mis manos la bolsa con mi desayuno. Me tomó del brazo, esperamos la siguiente parada y me condujo a la oficina de seguridad del metro. Yo, perplejo, pensando en qué tipo de problema me estaba metiendo, use el traductor para empezar a comunicarme con el hombre,el cual me dijo que debía pagar 7.500 元 . Por todos los medios le expliqué que desconocía la norma (sabiendo que el desconocimiento de una ley no exime de su cumplimiento) apelé a todos los sentimentalismos que pude para salir de esa extraña y desconcertante situación. Finalmente, el guardia, el cual tiene una cuñada que viajó a Barcelona hacía tres años, me indultó por ello repitiendo que nunca lo volviera a hacer. Gracias a su cuñada por contar maravillas de España , le caí en simpatía.

Los mayores obstáculos que como extranjero europeo ha hallado son la barrera del idioma, «que estoy enfrentando cada día para dominar»,  la movilidad antes de haber adquirido una moto  (ya que el metro tiene solo 3 líneas, hay un sistema de autobuses no muy eficiente y las distancias aquí son grandes), el tener que adaptarme a sus horarios largos de productividad, tanto en trabajo como en estudio y la forma de tener diversión aquí también es distinta. Su nivel de mandarín al salir de Sevilla era comparable a pedir rollitos de primavera o arroz tres delicias en un restaurante chino, en español.

Uno de los mayores obstáculos que como extranjero europeo ha hallado son la barrera del idioma, «que estoy enfrentando cada día para dominar».

Su balane de la experiencia es ás que satisfactorio. «Soy consciente que en el momento que alcance un nivel fluido de chino mi estancia aquí alcanzará mayores niveles de comodidad, pero adoro los desafíos que tengo por delante. Vivir en el otro lado del planeta me ha hecho darme cuenta de lo pequeño y parecido que es la sociedad humana, a grandes rasgos. Estoy aquí debido a mi ímpetu en poder desarrollar en el futuro labores diplomáticas, de trato con diferentes organizaciones a nivel internacional y  empresas que manejen asuntos en países donde se hable los 3 idiomas que hablaré. Mi proyecto pasa por diferentes fases hasta que se concrete el resultado a tomar.

Sevilla es su casa, de eso no hay duda. «Sevilla es ese sol cálido un domingo por la mañana que te llama a salir al campo y disfrutar de una comida con amigos. Volveré a mi querida Sevilla, para vivir y aplicar todo lo conseguido afuera, pero de momento no me es posible pasar más que 2 semanas a lo sumo 3 en las vacaciones de verano». Podría citar un sinfín de elementos que hacen de Sevilla una ciudad magnífica para vivir, disfrutar como ciudadano una vida no solo basada en trabajo y deber. Pero por encima de todo, están las personas que hacen que tu tierra sea realmente tu hogar. «Ellos son lo que más añoro».

A los sevillanos: un nuevo mercado de oportunidades está floreciendo en Asia, si las motivaciones de alguien pasan por sumergirse en asuntos internacionales y en la globalización de política y relaciones que está afectando a nuestra sociedad, Taiwán es un país que ofrece una oportunidad dorada para ello.

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