M.C. Contreras. María del Castillo Guerrero, una vecina de Lebrija, ha cumplido esta semana 106 años y asegura que vive “una vida tranquila, sin preocupaciones”, y que solo le preocupa “ver lo mayores que están ya mis hijas”.
Nacida el 18 de noviembre de 1913, tuvo siete hijos, de los que uno falleció, 19 nietos, 20 bisnietos y un tataranieto, y ha asegurado durante la fiesta de cumpleaños en la que estuvo presente el alcalde de la localidad, José Barroso, que come todo lo que le gusta, “pero cuando me ponen verdura en el plato, la echo al lado porque no me gusta”.
Guerrero dice que tiene pocos secretos para haber llegado a su longeva edad, pero sí explica que se lava “todos los días la cara con agua fría y jabón de aloe vera, mientras cuenta de memoria anécdotas de su vida y lo que su padre le contaba de las dos guerras en las que participó.
Además, se mueve con cierta autonomía, solo con la salvedad de que la vista le ha ido fallando y ha dejado de hacer ganchillo, pero mantiene una calidad de vida muy razonable para su edad.
Así, “necesita ayuda en ocasiones, como para levantarse de la cama o acostarse”, pero mantiene una cierta autonomía en su día a día, “su cabeza está perfectamente, recuerda todo lo que pasa, y sólo tiene problemas en la vista“, explica su hija. A la hora de comer o desenvolverse en otras cosas tiene autonomía total.
Asegura que “lo bien cuidada que está por los hijos, nueras, yernos y toda la familia le ha ayudado mucho a llevar una vida tranquila y llegar a los 106 años”.
Eso sí, para lo que parece que no hay secretos es para el enorme cariño que los vecinos de Lebrija tienen hacia esta mujer, que “no puede ir por la calle, porque la paran continuamente, la quieren mucho, y eso desde luego que se nota”.
María del Castillo es viuda desde hace 23 años, pero el cariño de todos los que le rodean le ha hecho superar todos los problemas de la vida para seguir adelante como un ejemplo.
El cumpleaños lo celebra hoy con un almuerzo familiar, aunque a pesar de su edad está todavía a algunos años de la persona más longeva que ha tenido España, una mujer que vivió 116 años, Ana María Vela Rubio, nacida el 29 de octubre de 1901 en Puente Genil (Córdoba).