Europa Press. El hotel Alfonso XIII ha acogido este miércoles la presentación del estudio ‘Impacto económico y social del cultivo del arroz en las Marismas del Guadalquivir’, encargado por la Federación de Arroceros de Sevilla con la colaboración de la Fundación Caja Rural del Sur y coordinado por la catedrática de la Universidad de Sevilla Lourdes López, junto con los profesores Mercedes Castro Nuño y Rafael del Pozo Barajas.
El acto ha contado con la participación del presidente de la Federación de Arroceros, Mauricio Soler; del presidente de la Fundación Caja Rural del Sur, José Luis García-Palacios; de Manuel Gómez Galera, director general de Producción Agraria de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Junta de Andalucía; y de destacados representantes del sector arrocero, agrario, económico e industrial, Administraciones Públicas, la Universidad de Sevilla, representantes de Doñana, del Puerto, de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Feragua, los alcaldes de Isla Mayor y Puebla del Río y de las diferentes organizaciones agrarias andaluzas.
Durante dos años y con la colaboración de los arroceros, el equipo de investigación de la Universidad de Sevilla ha desarrollado este trabajo que pone de manifiesto, una vez más, «las fortalezas y la excelencia» alcanzada por esta zona arrocera de referencia en Europa.
Según recoge el estudio, los arrozales sevillanos se ubican en una inigualable situación geográfica, constituyendo uno de los mayores humedales del continente europeo, con 36.500 hectáreas de cultivo que aportan una parte significativa del arroz producido en el conjunto de España y en el contexto de la Unión Europea, favoreciendo, asimismo, el desarrollo de otras actividades conexas, entre las que se encuentran la comercialización del cangrejo rojo o el turismo gastronómico.
El impacto económico
Según dicho estudio, el sector del cultivo del arroz de las Marismas del Guadalquivir genera en su conjunto 5.037 puestos de trabajo y 103 millones de euros en remuneración de asalariados, con 682 millones de euros en ventas y una contribución impositiva de más de 38 millones de euros; lo que representa el 1,9% de los puestos de trabajo, el 4,8% de las remuneración de asalariados y un 5% del valor de la producción del sector de la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca de Andalucía.
En ese contexto, Sevilla destaca como la primera provincia española en producción total de arroz, siendo particularmente reseñable esta relevancia para el caso de la variedad índica, donde el arrozal de las Marismas del Guadalquivir aporta casi la mitad de la producción española y más del 15 por ciento de la europea. En concreto, la provincia cuenta con 36.500 hectáreas de cultivo de arroz.
Dentro de la comunidad autónoma de Andalucía, la provincia de Sevilla presenta así el 92% de la superficie dedicada al cultivo del arroz, extendiéndose entre ambas márgenes del río Guadalquivir, fundamentalmente en los municipios de Isla Mayor, La Puebla del Río, Aznalcázar, Los Palacios y Villafranca, Dos Hermanas y Utrera.
«Ejemplo del nuevo modelo»
El sector arrocero de las Marismas del Guadalquivir constituye, además, «un ejemplo de paradigma evolutivo hacia un nuevo modelo de organización espacial y socio-económica, en el que la capacidad de adaptación e innovación a las condiciones cambiantes del mercado se han convertido en seña de identidad, al mismo tiempo que se ha logrado conservar el arraigo tradicional del territorio», según el estudio.
Pero, paralelamente al desarrollo técnico de las explotaciones y a los cambios producidos en los sistemas de cultivo y comercialización, en la zona se han puesto en valor otras actividades que giran en torno al arrozal, como la explotación del cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii), especie de crustáceo que vive y se reproduce en los arrozales, y que actualmente representa una fuente de ingresos y generación de puestos de trabajo para las Marismas, especialmente para el municipio de Isla Mayor.
Para Mauricio Soler Escobar, presidente de la Federación de Arroceros de Sevilla, el objetivo de esta obra «es poner en valor la actividad de los arroceros de Sevilla y su valiosa aportación económica, ante los tiempos difíciles que a todos nos ha tocado vivir, y las dificultades actuales a las que se enfrenta la agricultura por los bajos precios alcanzados en origen, y una PAC cada vez más restrictiva, y costes de producción elevados».