Redacción. La Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario de Valme en colaboración con el servicio de Hostelería de este centro han incorporado una segunda dieta de Disfagia a los menús con el objeto de contribuir a la mejora en la recuperación de los pacientes hospitalizados, optimizando el bienestar físico y psicológico de los afectados mediante pautas alimentarias innovadoras y seguras.
La disfagia orofaríngea se define como la dificultad para la deglución; es decir, la dificultad o imposibilidad de tragar. No es una enfermedad sino un síntoma que acompaña a muchas enfermedades, sobre todo neurológicas (agudas o crónicas), y oncológicas (cáncer de cabeza y cuello), al propio envejecimiento y de forma muy frecuente se manifiesta en pacientes institucionalizados.
Las consecuencias de la disfagia son de especial relevancia, ya que provocan alteraciones en la seguridad y en la eficacia de la deglución, además de constituir un marcador de desnutrición. Los problemas de seguridad condicionan la presencia de neumonías aspirativas que cursan con una elevada mortalidad, mientras que los problemas de eficacia determinan la presencia de malnutrición y deshidratación que condicionan un agravamiento de la situación clínica del paciente por las comorbilidades asociadas y una mayor mortalidad.
Ya está funcionando la nueva dieta Disfagia II
Como resultado de gran sensibilización de los profesionales de la Unidad de Nutrición de este hospital sevillano con esta problemática, ya está funcionando la nueva dieta Disfagia II además de la ya disponible de Disfagia I. Según su responsable, José Antonio Irles, “es una patología con importantes consecuencias clínicas y de gran impacto en la calidad de vida de los pacientes”. El trabajo llevado a cabo para la elaboración de la misma ha contado con el trabajo conjunto de profesionales del servicio de Endocrinología (los facultativos José Antonio Irles y Rosario López, y la enfermera especializada Pilar Zarco) y de profesionales del servicio de Hostelería del centro (Teresa Elua y Antonio Tinoco como encargada y jefe de la Cocina respectivamente, junto a Víctor Linde como dietista).
Alternativa para pacientes con disfagia leve
Generalmente, lo habitual en los menús hospitalarios para los pacientes con disfagia es centrarlos en purés/cremas espesadas, dieta de poca palatabilidad y monótona, lo cual hace que el paciente rechace en muchas ocasiones la dieta. Sin embargo, Valme ha incluido la dieta Disfagia II en el menú hospitalario para aquellos pacientes que sólo presentan un grado de disfagia leve, pudiendo comer algo más que purés de manera segura, evitando las texturas mixtas (donde se mezclan líquidos con sólidos a la vez).
Según los profesionales de la Unidad de Nutrición del Hospital Universitario de Valme, unos de los pilares básicos del tratamiento de los pacientes con disfagia es el cambio en la textura de los sólidos y en la viscosidad de los líquidos. Pero al realizar estos cambios estamos incidiendo directamente en que el menú sea sólo de purés y cremas y, por tanto, menos apetecible a la vista. Es por ello que sólo se aplicará en aquellos casos de disfagia más grave.
Test diagnóstico de cribado
Al respecto, las viscosidad/texturas que tolera cada paciente se determinan a través del Método de Exploración Clínica Volumen-Viscosidad (MECV-V). Un test diagnóstico de cribado de la deglución realizado por enfermería al paciente con disfagia. Consiste en valorar tanto la seguridad (riesgo de aspiración) como la eficacia de la deglución (capacidad de ingerir los alimentos y agua suficiente para mantener un buen estado nutricional e hidratación) mediante diferentes viscosidades y volúmenes que aporta la información sobre el tipo de consistencia/volumen que tolera cada paciente.
Evitar la desnutrición relacionada con la enfermedad
Con este planteamiento, estos profesionales persiguen contribuir al bienestar físico y psicológico del paciente colaborando en la recuperación; evitando la desnutrición relacionada con la enfermedad, con una dieta segura y equilibrada, sin texturas mixtas, sin alimentos que desprendan líquidos al masticarlas o aquellos que con la temperatura se conviertan en líquidos. Además de evitar alimentos pegajosos, fibrosos o con filamentos que puedan provocar atragantamientos y/o aspiraciones; pero que a la vez sea una dieta variada, con presencia de varias texturas y que sea agradable de comer y de mejor aspecto.
La dieta Disfagia II consta de un primer plato triturado y un segundo plato con alimentos que pueden comerse con tenedor/cuchara, los cuales no precisan de cuchillo para cortarlos. Pueden ser aplastados con la presión de un tenedor. Requiere de una masticación suave antes de ser deglutida. Es completamente, suave, blanda y húmeda sin líquido fino aparte. Y, principalmente, su aspecto es mas atractivo y apetecible por ser más parecido a la comida normal.
A través de esta iniciativa, este centro va a favorecer que los pacientes coman algo más que dieta triturada durante su estancia hospitalaria, si el grado de disfagia lo permite. Según la enfermera especializada en Nutrición en este hospital sevillano, Pilar Zarco “además de nutrir e hidratar, el paciente con disfagia debe mantener el placer por la comida y pretendemos que, con esta ampliación de la dieta, se consiga”.