Fermín Cabanillas. Es difícil entender cómo se pueden colocar unos elementos en la carretera para proteger y al mismo tiempo estorben a la circulación, pero es algo que ha pasado en una carretera de Sevilla.
Ha sido concretamente en el cruce de la N-630 con la SE-3410, en el término municipal de Salteras. Es una carretera de mucho tránsito, sobre todo ahora que está en obras la A-66 y es usada para llegar a Gerena, El Garrobo o seguir hacia Mérida por una ruta alternativa.
A principios de agosto, se colocaron una serie de protecciones para que los vehículos no topasen con el bordillo del cruce de raqueta que lleva desde la carretera a Gerena, pero quien lo colocó no pareció darse cuenta del peligro añadido que suponía, porque tapaba toda la visibilidad a la izquierda en un cruce ya de por sí peligroso.
Para salvar el cruce y ver el tráfico que llega desde una recta muy amplia, había que meter el morro del coche demasiado en la carretera, y el peligro añadido estaba servido. Han hecho falta varias quejas de conductores para que unos operarios estudiasen el tema sobre el terreno, y han eliminado las protecciones. Tarde, pero se ha solventado el asunto.