Carmen Prieto. El hermano mayor de la Esperanza de Triana, Alfonso de Julios, no puede ocultar su emoción tras las procesiones que ha protagonizado la Virgen de la Esperanza este pasado puente, culmen de un Año Jubilar al que todavía le queda un mes de peregrinaciones. «El balance es necesariamente positivo y francamente satisfactorio», admite, haciendo repaso de los cultos, especialmente el «pontifical en la Catedral», y ambas salidas procesionales, la del jueves 1 de noviembre en dirección a la Catedral,que presenciaron unas 250.000 personas, según el Cecop, y la de regreso a la Capilla de los Marineros del pasado sábado, que culminó en la madrugada del domingo con más de 285.000 personas en las calles.
De Julios confiesa que esperaban una «gran afluencia de personas», pero no sabrían cuantificarla en tanto que no tienen ni los medios ni los conocimientos para hacerlo, eso sí, los anuncios de las excursiones programadas, más de 300, «algunas con varios autobuses», ya anunciaban el éxito que supondría esta salida extraordinaria de la Esperanza de Triana, en la que se estrenaba la banda de Las Cigarreras tras el palio, después de 15 años de la banda de Santa Ana de Dos Hermanas, y en la que se han cumplido estrictamente los horarios, algo que no habría sido posible «sin el dispositivo del Cecop«, que coordinaba agentes de la Policía Local y Nacional, Bomberos, Protección Civil, Lipasam (con 61 operarios y 24 vehículos que, entre otras cosas, ha permitido retirar la cera con gran rapidez) y el incremento del 6 por ciento de las líneas radiales de Tussam.
La apuesta por banda de Las Cigarreras, que a partir de ahora acompañará a la Esperanza cada Madrugá, era una apuesta segura: «Era fácil acertar porque es una banda con una excelente trayectoria y que tiene grandes músicos profesionales que tocan a un altísimo nivel», subraya De Julios, que, pese a haber vivido «momentos conmovedores tanto a la ida como la vuelta, pues todo el recorrido tuvo su pellizco», se queda una escena que le conmovió «profundamente»: «La Virgen ya estaba en su capilla y la banda seguía interprentado la marcha Triana de Esperanza, que lleva parte de la letra de la Salve marinera que todo el pueblo, que cubría toda la calle Pureza, cantaba. Esto es una símbolo, una muestra, de la profunda devoción de la multitud hacia la Virgen de la Esperanza».
