Fermín Cabanillas. El conjunto monumental de San Luis de los Franceses, que gestiona la Diputación de Sevilla a través de su área de Cultura y Ciudadanía, reabre hoy sus puertas tras las restricciones derivadas del estado de alarma sanitaria por el COVID-19.
Una reapertura regulada por un protocolo tendente a maximizar las garantías de seguridad no solo para el personal que presta sus servicios en taquillas y organización de visitas y para el público visitante, sino, en este caso, también para el propio monumento, como ha hecho constar el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, en un comunicado.
Según ha explicado, “un bien patrimonial de esta magnitud y belleza, hay que que volver a ponerlo a disposición de la ciudadanía en cuanto es posible pero con unas condiciones de seguridad muy especiales, como es comprensible al tratarse de piezas de un mantenimiento muy delicado”.
Villalobos ha hecho hincapié en que, “en este sentido, hemos seguido las recomendaciones de los técnicos y especialistas, sobre todo a la hora de fijar las condiciones de higienización, que son de naturaleza diferente para las superficies del recinto y para las piezas de valor artístico, histórico o museístico”.
El conjunto monumental de San Luis de los Franceses cambiará sus condiciones e acceso en lo que se refiere a su aforo, reducido al cincuenta por ciento y con el uso obligado de mascarillas en el interior del recinto, tanto para el personal como para el público.
Ademas, las visitas se realizarán con cita previa y los grupos concertados no serán superiores a un total de 20 personas y quedarán temporalmente suspendidos los alquileres de audioguía.
Historia
La Iglesia de San Luis de los Franceses, Fundada por la Compañía de Jesús en 1731 y dedicada a San Luis Rey de Francia (primo hermano de Fernando III), todo en el edificio de Leonardo de Figueroa está sujeto a despertar la capacidad de asombro de quien entra por primera vez en el templo: puro artificio barroco que suspendiera la razón para embotar los sentidos con una apabullante panoplia artística que conmoviera a los fieles. En concreto, los postulantes jesuitas que completaban en Sevilla su noviciado.
Tras la expulsión definitiva de los Jesuitas en 1835 ha sido seminario, convento franciscano, hospital venerables, fábrica en S. XIX, hospicio y a principios del siglo XX, ya desacralizado, escenario para representaciones como Don Juan Tenorio.
Se abrió al público tras ser restaurada hace tres anisad. Las zonas que se han abierto al público son la Iglesia, la Capilla Doméstica y la Cripta.
La Iglesia con su retablo Mayor dedicado a San Luís Rey de Francia, sus retablos auxiliares, sus columnas salomónicas, su impresionante cúpula y Bóveda, llama la atención por su planta circular con forma de Cruz Griega.
La Capilla Doméstica, es la más desconocida, y la que más se ha llevado el esfuerzo de la restauración, quedando con una imagen impactante en su totalidad: Techos, bóbeda, paramentos, sacristía, etc.
Por último, bajo el templo principal, se encuentra una sencilla Cripta de dimensiones y planta idéntica al de la iglesia. Restaurada y con una iluminación muy especial, asombra igualmente a todos los visitantes.