Redacción. La cocina de los ángeles es la propuesta con la que la compañía Teatro del Velador clausurará este edición del Festival Internacional de Danza de Itálica, organizado por la Diputación de Sevilla. La obra podrá verse en el escenario del Teatro Romano de Itálica, los días 19 y 20 de julio, a partir de las 22.30 horas.
Bajo la dirección de Juan Dolores Caballero y Pilar Pérez Calvete, el espectáculo se adentra en una institución de salud mental, narrando lo que ocurre en un día para mostrar las relaciones de los internos, tratando de reflejar los oscuros espacios de la sociedad contemporánea a través de este acercamiento a los enfermos mentales. “Hablamos de la institución en abstracto, no como un ente represor sino que lo nos interesa son los personajes que no son culpables”, afirmó en rueda de prensa Juan Dolores Caballero. “Es un mundo oscuro pero tratamos de verlo con más luz, con la belleza que surge entre las personas contada a través de la danza”.
“Tratamos el concepto del estigma social, no tanto de la institución sino de esos seres con estigma que tenemos aislados. Acercarnos a eso no es desagradable, es solo observar lo que pasa, cómo se relacionan entre ellos”. En este sentido, se sirven de una escenografía blanca, fría, que transmite esa despersonalización, frente a los colores vistosos y lo grotesco de las indumentarias de los personajes que lo habitan.
En palabras de la coreógrafa Pilar Pérez Calvete el proceso de creación de este espectáculo “ha sido complejo pero muy gratificante. La música, los personajes y la danza han ido creciendo a la vez y eso nos ha obligado a todos a sacar lo mejor de nosotros mismos”. La música de La cocina de los ángeles ha sido compuesta por Sancho Almendral y, según el compositor, trata de mostrar esa dualidad entre lo oscuro y la belleza: “la música es sencilla, con sus aristas, a veces bella y a veces molesta, como esa angustia continua aunque normalizada”.
En escena, siete bailarines, todos procedentes del Centro Andaluz de Danza y con un perfil muy técnico y de formación clásica, dan vida a los residentes de esta institución: “he pedido a los bailarines que muestren a los personajes pero que no los encarnen, sin demasiada interpretación, solo hablando con la danza. Su indumentaria se encarga de mostrar la parte grotesca y dramática”, cuenta Dolores Caballero.
La compañía Teatro del Velador se ha caracterizado, ya desde sus inicios, por la búsqueda constante y la investigación en el mundo que nos rodea para encontrar los ingredientes con los que definir un lenguaje propio en sus creaciones. Esta investigación les lleva a indagar en los motivos de lo feo “desafiando los cánones clásicos de equilibrio y armonía, o quizás ignorándolos, prefiriendo el desequilibrio, el exceso, lo inacabado”.
