Redacción. Tomares cuenta con un nuevo rincón que hace las delicias de los adictos al helado: Procopio. Nombre elegido en honor al inventor siciliano, en el siglo XVII, de una máquina que homogeneizaba las frutas, el azúcar y el hielo, con lo que se obtenía una crema helada, similar a la que hoy conocemos.
Detrás de este negocio está Olga Maldonado, vecina del municipio desde hace once años, que tras quedarse fuera del mercado laboral decidió reinventarse y embarcarse en la aventura del autoempleo. Siguiendo la estela de un amigo, propietario de Chococó Dulcería, decidió trasladarse hasta Calahonda (Granada), donde regenta su negocio de pastelería y heladería, para formarse y aprender con él los secretos de la elaboración de helados artesanos.
Con esfuerzo y superando contrariedades, pero demostrando que si tienes un sueño hay que perseguirlo, Olga materializó su proyecto personal y estableció su heladería en la Avda. del Oliver, 33. Un local, alejado de la típica decoración de este tipo de negocios, en el que manteca casi a diario sus propios helados e investiga nuevas creaciones.
Sin aditivos
Sin aditivos, con leche fresca de productores locales e ingredientes naturales de calidad y proximidad. Así están elaborados los helados en Procopio. En su carta, se incluyen propuestas clásicas, como las de turrón, vainilla natural, nata o chocolate-, pero también opciones más originales, como las de Kinder Bueno, cacahuete (uno de los más demandados), galleta Lotus o tarta de queso. También, se pueden probar helados artesanos tan especiales como el de yogur fresco con amarena (cereza confitada), bombón Raffaello (chocolate blanco, coco y almendra), café con leche o tarta tatín (manzana caramelizada).
Olga procesa el helado en su máquina mantecadora en pequeñas tiradas porque le gusta innovar e ir probando con nuevos sabores. Ofrece más de decena de sabores diferentes de helados, desde 2’5 euros la tarrina.
Procopio ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y realidades y cuenta con alternativas para intolerantes a la lactosa o al gluten, que encuentran aquí exquisitos granizados, elaborados con 100% de fruta y sorbetes de chocolate Varlhona al 70% de cacao, frambuesa, limón y mango. Para aquellos que no pueden o no quieren tomar azúcar, de momento, dispone de un helado de cacao sin azúcares añadidos. También están abiertos a la distribución en restaurantes y bajo petición elaboran sabores a la carta, como el de aceite de oliva, una de sus últimas creaciones.