Carmen Prieto. El misterio del Señor de las Penas de la Estrella se levantó ante la puerta del Santo Ángel pasadas las 20.30 h y el aplauso se propagó hasta la mitad de la calle Tetuán. Un aplauso que evidenciaba la alegría porque la cofradía retomaba la marcha después de más de media hora de parón absoluto. Los retrasos del Domingo de Ramos son endémicos. Después toca correr y poner los nazarenos en tres filas para intentar recuperar el tiempo que se ha ido acumulando en la Campana.
El trabajo de los hombres de Manuel Vizcaya curó el cansancio de la espera. El público se sintió recompensado y le siguió hasta que se perdía por O’Donnell. Marcaba el ecuador en una jornada protagonizada por el fuerte calor (30ºC), que doblaba los cirios de los nazarenos La Cena por Laraña, a pleno sol, o de La Paz por la Plaza Nueva, que pedían por doquier agua para hidratarse, y se fue resfrescando conforme anochecía.
Amarguras y Virgen de los Negritos, en las salidas (como a la Virgen de Gracia y Esperanza de San Roque), las entradas (para Dolores y Misericordia, la Virgen de Jesús Despojado, a la que el Liceo de Moguer le dedicó también Sevilla Cofradiera o Gran Poder) o en la Campana (para la Estrella) fueron las marchas más interpretadas. La primera conmemora este año el primer centenario desde que Manuel Font de Anta la compuso. La segunda como guiño y dedicatoria a la Virgen de los Ángeles, que será coronada en apenas un mes. Otro detalle musical de la jornada: la agrupación Nuestra Señora de la Encarnación de San Benito ha cedido, durante una hora, su sitio tras el misterio de la Paz, la agrupación musical Santa María de la Esperanza, del proyecto Fraternitas, que abría el cortejo de La Paz.
Justo La Paz había inaugurado la jornada en el Porvenir. Acompañados por las saetas de Álex Ortiz, el Señor de la Victoria estrenaba solería y cruz, obras de Fernando Aguado, y la dolorosa de Illanes, «con los costaleros más elegantes». La Borriquita bajaba la rampa del Salvador o subía horas después, con sus filas de nazarenos algo mermadas, la Cuesta del Bacalao. El presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, acudió al palquillo, en el que también se estrenaba como presidente del Consejo Francisco Vélez, para conmemorar el centenario de la primera petición de la venia para presenciar la primera de la Semana Santa, la que protagoniza un nazarenito de la Borriquita y en la que invita a llegar «a Dios por el Amor».
La pregonera, Charo Padilla, como cada año, estrenó su Semana Santa retransmitiendo la salida de la Hiniesta, la hermandad familiar, la del día de fiesta en la casa, la de la comida rápida que narró en el pregón hace sólo siete días. La dolorosa de Castillo Lastrucci recibió una petalada en la Campana.
Sorprendió el exorno floral del Señor del Señor de la Humildad y Paciencia, que incluía aves del paraíso. El Señor de las Penas de San Roque recuperó su túnica lisa este año en el que los Gitanos ha anunciado que el Señor de la Salud saldrá en la Madrugá con la túnica bordada. El Señor del Silencio ante el Desprecio de Herodes lució su túnica centenaria. Y la Virgen del Socorro, tras el Cristo del Amor, cerraba una jornada perfecta, redonda, muy calurosa, con mucho público hasta que anocheció y que comenzó muy temprano con el repique de campanas de la Giralda convocando a la misa de palmas.