SBN. Tres personas, dos de ellas menores de edad, han resultado intoxicadas en una vivienda de la calle Esturión de Sevilla por los gases tóxicos procedentes del calentador de agua a gas. Varios nidos de pájaros habían taponado la salida por lo que el monóxido de carbono entró en la vivienda. Las víctimas del incidente están hospitalizadas.
Los hechos ocurrieron sobre las 12:00 horas de este sábado en una vivienda del barrio de San Jerónimo. Afortunadamente, se ha resuelto sin desgracias personales.
El propietario de la vivienda pudo percatarse cómo sus hijas de 7 y 17 años, que estaban en la salita de la vivienda, tras quejarse de fuerte dolor en la cabeza, caen desmayadas. Ante esta situación, el padre de 49 años de edad, avisó a una tercera hija y a los servicios de emergencias que acudieron inmediatamente.
A su llegada, los bomberos encontró al padre y una de sus hijas en el rellano y a otra inconsciente dentro de la vivienda. Así las cosas se procedió a ventilar la vivienda y los sanitarios del servicio junto a Epes 061 asistieron a las hijas una de ellas inconsciente y otra muy aturdida.
Tras recuperar la consciencia fueron trasladadas junto a su padre hasta un hospital de la ciudad para su asistencia. Una de ellas, la de 17 años, en estado grave al haber alcanzado un nivel de concentración de gases casi letal.
Por su parte, los bomberos pudieron comprobar que la causa de la acumulación de gases (monóxido de carbono) en el interior de la vivienda, se debía a la obstrucción de los conductos de extracción de gases del calentador. En el interior del tubo habían nidificado pájaros que bloquearon la salida de gases a exterior.
Así las cosas, efectivos de bomberos ventilaron las zonas afectadas y retiraron los nidos del interior del tubo, donde hallaron varias aves sin vida.
Desde la Delegación de Gobernación del Ayuntamiento se recomienda realizar tareas de mantenimiento en este tipo de conducciones para evitar situaciones como la ocurrida en San Jerónimo, en la que gracias a la resistencia del padre pudo salir y dar la voz de alarma.