Redacción. Un total de 2.778 pacientes han sido atendidos durante el año 2018 en el Hospital de Día Médico-Quirúrgico de Valme, habiéndose consolidado como un recurso eficiente para aquellos usuarios que precisan de una cirugía, tratamiento o prueba médica mínimamente invasivos y en los cuales no es necesario el ingreso hospitalario.
Se trata de una alternativa a la hospitalización convencional, basada en la alta resolución, que favorece la accesibilidad y el confort para este perfil de pacientes.
La calidad en la respuesta asistencial ofrecida en el Hospital de Día Médico-Quirúrgico viene avalada por la opinión de los propios usuarios que, a través de encuestas de satisfacción, han dejado constancia de su elevada conformidad sobre el funcionamiento del mismo.
Concretamente, han valorado con una nota máxima del 100% tres aspectos de gran relevancia: trato recibido, intimidad y respetuosidad durante su estancia en este dispositivo. Por su parte, con un también alto porcentaje, el 94,1%, han valorado positivamente la información y explicaciones aportadas por sus profesionales a la llegada del hospital de día. Un elemento indispensable que reduce la ansiedad preoperatoria.
Respecto a los procedimientos que se atienden en este hospital de día, son muy diferentes y pertenecen a diversas especialidades médico-quirúrgicas. Destacan las intervenciones de cataratas y el quirófano de la Unidad del Dolor, seguidos de procedimientos correspondientes a Cirugía General, Cirugía Vascular, Traumatología, Dermatología, Urología y Otorrinolaringología. También acoge el ingreso ambulatorio de pacientes sometidos a pruebas y tratamientos de especialidades médicas de Cardiología y Digestivo.
Las ventajas de esta modalidad para los ciudadanos son numerosas, dado que ven optimizada tanto la eficiencia como la calidad de la respuesta sanitaria. Por un lado, se mejora el circuito de acceso y el alta en relación a una cirugía, tratamiento o prueba médica mínimamente invasiva al obviar el ingreso pre y post hospitalario que anteriormente computaba más de un día. Fruto de ello se evitan ingresos innecesarios, se mejora la confortabilidad de los pacientes y se disminuye el tiempo de estancia hospitalaria para procesos quirúrgicos e intervenciones médicas ambulatorias.
Además, a esta dinámica hay que sumar otro beneficio como es la contribución a reducir los potenciales efectos adversos inherentes a la hospitalización, tales como las infecciones nosocomiales.