Redacción. El Hospital Universitario Virgen del Rocío expone este verano las obras finalistas del premio de pintura que ha convocado este año dedicado a la memoria de Elías Cañas, creador de la Unidad de Salud Internacional hasta su fallecimiento. El Dr. Cañas fue una persona muy querida por todos los profesionales y tenía inquietudes artísticas, de ahí que la dirección del hospital haya querido organizar esta iniciativa a modo de homenaje.
Las bases establecen tres premios a los que han podido optar todos los estudiantes y trabajadores del hospital, de cualquiera de las empresas externas y proveedores con los que colabora. Las 11 obras finalistas, independientemente que resulten premiadas o no, serán usadas para decorar los pasillos y zonas comunes de los centros del área por lo que deben estar inspiradas en la humanización del hospital y transmitir armonía, belleza, positividad y sensibilidad.
El jurado que establece los galardones está integrado por el director médico y la directora de Enfermería del hospital, Felipe Pareja y Rocío Pérez, respectivamente; Jaime González, fotógrafo de la Unidad Fotográfica del centro; Curro Borrajeros, creativo de la Unidad de Comunicación del hospital; y por una antigua profesional sanitaria vinculada al mundo del arte, Marisa Garzón.
El doctor Elías Cañas García-Otero estuvo al frente de la Unidad de Salud Internacional desde que se creara en 2003 en el Hospital Universitario Virgen del Rocío. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla en 1988, era especialista en Medicina Interna y máster en Medicina y Cirugía Tropical por la Universidad de Valencia. También tenía el diploma de Postgrado en Enfermedades Parasitarias Tropicales y el diploma Tropical Medicine and Hygiene (DTMH), Liverpool School of Tropical Medicine por la Universidad de Liverpool, así como el Certificate in Travel Health (CTH, International Society of Travel Medicine) y el diploma de Experto en Resistencias Antimicrobianas y Optimización del Uso de Antimicrobianos, por la Hispalense.
Y sobre todo, ha sido un profesional muy estimado y respetado por sus compañeros por su prestigio profesional, ya que junto a su equipo atendían cada año a 250 nuevos pacientes por infecciones graves o tropicales adquiridas en otros países, y por su calidez humana e inquietudes, entre las que estaba la pintura.