Redacción. La Comisión de Transfusiones y Hemoterapia del Virgen del Rocío está trabajando desde hace meses en la implementación generalizada de determinadas estrategias en el hospital de Patient Blood Management (PBM) en el hospital. Así se denomina al conjunto de estrategias destinadas a reducir la anemia en los pacientes preservando al máximo su propia sangre, a la vez que mejoran la seguridad y la evolución clínica, reducen el coste sanitario, y tratan de evitar la transfusión innecesaria.
Del 1 al 5 de noviembre se celebra internacionalmente la Semana de Concienciación sobre el PMB, momento que ha coincidido con que la Organización Mundial de la Salud ha emitido un informe muy contundente sobre este tema: ‘La urgente necesidad de implementar el Patient Blood Management’.
En esta línea, la Comisión del hospital sevillano trabaja con el objetivo principal de mejorar la calidad de los aspectos relacionados con el uso de componentes sanguíneos. En esta labor participan personal de enfermería, personal de la Comisión de Calidad, especialistas en hematología, anestesiología, cirugía, ginecología y obstetricia, cuidados intensivos y farmacia.
La guía de transfusión sanguínea del hospital, actualizada por la Comisión en 2019, ya recoge algunos aspectos relacionados con el PBM. Así, establece una política restrictiva y basada en el single unit transfusión a la hora de indicar la transfusión. Este enfoque se basa en la evidencia científica, ya que no ha demostrado ofrecer peores resultados clínicos y sí ha mejorado la seguridad del paciente, ya que la transfusión no está exenta de complicaciones y es un recurso limitado. Cabe destacar aquí que, según datos del Ministerio de Sanidad, la donación de sangre ha descendido en España en los últimos años.
Patient Blood Management
El Patient Blood Management incluye una serie de intervenciones multidisciplinares que se sustentan en tres pilares: el primero de ellos, el manejo de la anemia, lo que conlleva fundamentalmente su diagnóstico temprano y el uso de tratamientos específicos según su causa para que se corrija por el propio cuerpo.
El segundo lo constituyen las medidas destinadas a reducir la pérdida de sangre en los procedimientos médicos, actuando de forma preventiva y proactiva sobre las alteraciones de la coagulación o usando técnicas anestésicas y quirúrgicas precisas. Y el tercero consiste en aprovechar y optimizar la tolerancia del paciente a la anemia, optimizando el gasto cardíaco y la oxigenación, trasfundiendo los concentrados de hematíes ‘de uno en uno’ con reevaluación posterior o esquema de Single Unit Transfusion.
Por último, y en relación con todo este tema, la Comisión de Transfusiones y Hemoterapia del Virgen del Rocío está a punto de finalizar un protocolo sobre el uso de hierro endovenoso en el contexto quirúrgico. Este protocolo, además de definir las indicaciones, establece los circuitos que permiten el diagnóstico del déficit de hierro, cuando es la causa de la anemia, así como el tratamiento de este. Para 2022 está previsto el desarrollo de un protocolo similar que aborde el uso de este medicamento en contextos no quirúrgicos.