22 noviembre 2024
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El Museo Arqueológico localiza un flabelo romano o paipái «de características únicas»

El Museo Arqueológico localiza un flabelo romano o paipái "de características únicas"
El abanico hallado, junto a una imagen funeraria en la que una mujer aparece con un paipái.
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Redacción. El Museo Arqueológico de Sevilla ha localizado un flabelo romano o paipái «de características únicas» por su tamaño y conservación, un hallazgo que de hecho procede de unas excavaciones realizadas en 2005 en las inmediaciones del Conjunto Arqueológico de Itálica, en la avenida de Extremadura de Santiponce (Sevilla).

Los trabajos de estudio y catalogación de la colección del museo, impulsados con vistas a la rehabilitación integral de su edificio, han permitido localizar esta pieza única, de valor extraordinario, de la que existen pocos ejemplares en el mundo: un abanico romano (‘flabellum’) de marfil tipo cocarda, más conocido como paipái, fechado hacia finales del siglo III después de Cristo (dC).

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El flabelo romano o paipái estaba depositada a modo de despedida, de ofrenda final, sobre un sarcófago de plomo de una mujer de entre 40 y 50 años y 1,58 metros de estatura ataviada, con toda probabilidad, con un rico ropaje, dado los pequeños hilos de oro descubiertos en su interior.

Uno de los abanicos romanos de mayor tamaño conservados

Depositados los materiales de dicha excavación en el arqueológico de Sevilla para su estudio, las labores de catalogación del equipo de conservadores del museo han resuelto el enigma sobre esas dos piezas de marfil de más de 30 centímetros. Presentan un hueco amplio en la parte superior con restos de pan de oro, hecho que apuntaría la rica decoración del objeto, una zona intermedia trapezoidal y con remates en punta en el extremo.

«Nos llamó mucho la atención la aparición de dos elementos iguales y sin uso definido sobre un sarcófago de plomo», señala la conservadora del arqueológico, Julia Herce. «Abrimos una investigación, estudiamos al detalle las piezas morfología y materiales, principalmente y abrimos consultas con otros museos para, finalmente, poder determinar que se trata de uno de los abanicos romanos de mayor tamaño conservados hasta el momento», recalca.

El flabelo romano o paipái presenta un buen estado, pese a encontrarse parcialmente fragmentado. Así, conserva parte de las varillas y quedan en el interior hueco restos de lo que sería pan de oro adherido a una de las paredes. El país, como se denomina a la tela o piel que iría pegado al varillaje, ha desaparecido completamente dado que sería de carácter orgánico, probablemente papiro.

Una pieza de gran singularidad

La Junta de Andalucía subraya que se trata de «una pieza de gran singularidad» al conocerse escasos ejemplares de estas características en todo el occidente romano, que «no llegan a la decena», y sobresale por sus dimensiones, «uno de los de mayor tamaño conocido». No es descartable que se trate de una pieza importada, dada su excepcional calidad. Asimismo, revela la significación social de la persona enterrada, además de una importante información de las estructuras sociales del momento de la ciudad de Itálica.

La directora del Arqueológico de Sevilla, Marisol Gil de los Reyes, ha indicado que «en el Museo no cesan las tareas de ordenación y clasificación; y en ese contexto de revisión, con la perspectiva de cambio de embalaje y traslado a áreas de reserva especializada para las colecciones más delicadas, se iniciaron las consultas bibliográficas para su mejor clasificación y se pudo reconocer esta singular pieza, tan nuestra: un abanico excepcional por el tamaño y la calidad de su fabricación».

«Una vez reconocido y puestos en contacto con otros museos, fuimos mejorando el conocimiento y revalorizando esta pieza como uno de los abanicos de mayor tamaño conservados hasta el momento. Se ha procedido a su limpieza y ligera consolidación, ingresando en uno de los almacenes más especiales del Museo: el destinado a material orgánico, con las mejores condiciones de conservación recomendadas», relata.

Abanico o paipái romano

El abanico o paipái romano se suma ahora a las excepcionales piezas puestas en valor durante la operación de traslado de la colección del Museo Arqueológico de Sevilla, sumándose al mosaico del rapto de Europa hallado en 1886 y no expuesto desde la década de los 40, el suelo de adobe del santuario de El Carambolo, con restos de la policromía original, y dos sarcófagos infantiles de plomo, con una hermosa decoración en el exterior.

La consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, anunció días atrás la inversión de más de tres millones de euros en la operación logística del traslado de piezas del museo, a lo que suma la partida destinada a la adecuación como sede provisional de las salas del convento de Santa Inés. En este histórico espacio, se recogerá bajo el título ‘Abierto por obras’ una selección única de piezas emblemáticas del Museo, así como las más recientes incorporaciones.

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