M.C. Contreras. El Jueves Santo es uno de esos días que, según el refranero, luce más que el sol. Y es así como se siente Mª Jesús, la joven que ese día sacará el paso de cristo de la hermandad de la Vera-Cruz de Gerena, junto al resto de compañeros que forman la cuadrilla de costaleros. A diferencia de muchas de las mujeres que ese día irán ataviadas con la típica mantilla y vestido negro, o con algunas de sus mejores galas, «Meri» llevará un costal, un fajín y zapatillas deportivas. Negras, por supuesto.
Y es que, María Jesús hace bastante tiempo que está llevando a cabo una de sus mayores pasiones: sacar a la calle pasos. Durante seis años, ha estado alternado diferentes cofradías en su pueblo, y se ha metido bajo el palio de Nuestra Señora del Rosario y el de la Virgen de la Sangre. Sin embargo, este jueves portará bajo sus hombros al crucificado de la hermandad «de abajo» -como se la conoce en Gerena-.
Fue a la edad de 23 años cuando esta gerenense se colocó por primera vez bajo unas trabajaderas, hecho que llevó a cabo porque a una de las hermandades de su pueblo, en concreto a la Agrupación Parroquial del Gran Poder, les hacía falta costaleros para poder sacar a la calle a sus titulares. Por lo que Mª Jesús no se lo pensó dos veces y vio en esta circunstancia la oportunidad que llevaba esperando tanto tiempo.
Tras presentarse a la «igualá» -en la que se colocan a los costaleros por igualdad de altura los distintos tramos de costaleros-, fue elegida para sacar adelante su ilusión. Y Mª Jesús no cabía en sí de gozo. Y desde que se pusiera ese primer costal con su nombre bordado, regalo de una amiga, no ha dejado de hacerlo. Aunque «no puedo sacar muchos pasos esta Semana Santa porque tengo los lumbares fatal. Por eso, este año sólo voy en uno», señala.
Su madre, Ana, que falleció hace algo más de tres años, compartía con ella esta inquietud y siempre la acompañaba, orgullosa de que su hija fuese pionera en Sevilla y un referente para las demás jóvenes, siendo éste uno de los motivos por los que no quiere «colgar» el costal. Incluso no dejó de hacerlo poco después de su pérdida, donde cada chicotá estaba dedicada a su memoria.
La joven gerenera tiene muchas cosas claras a la hora de ponerse bajo un paso, pero la que destaca por encima de todas es que «en unas trabajaderas, no hay diferencia entre hombres y mujeres, sólo trabajo». Y que es así como la ven todos sus compañeros, como uno más de la cuadrilla.
No obstante, en Sevilla capital ya hubo una cuadrilla de costaleras. Se reunieron para sacar a la calle el paso de misterio de Santa Teresa de Jesús, de la Hermandad del Carmen del Santo Ángel, el 17 de julio de 2007, con 30 mujeres trabajando juntas por sacar adelante su sueño.