Virginia López. La vida sentimental del Rey Alfonso X no desemeja de la de otros monarcas, sean de la dinastía Borgoña, Trastámara, Habsburgo o Borbón, si bien esa faceta amatoria no destaca en su biografía, a diferencia de otros monarcas marcados por sus grandes pasiones concupiscentes.
Aquellos reyes que no tuvieron amantes destacaron por sus virtudes cristianas como Vermudo I de Asturias llamado El Diácono, el Rey Alfonso II de Asturias llamado El Casto o los Reyes Ramiro II de Aragón y Alfonso IV de León apodados El Monje.
Pero ninguno de ellos llegó a la santidad pues el único que tuvo ese honor en la Monarquía Hispana es el Rey Fernando III, pero tal honor le llegó desde el mismo instante de su muerte en olor de santidad, un 30 de mayo del año 1252, cuando el pueblo sevillano – deudor de él en la fe cristiana – creyó oír los cánticos de la corte celestial recibiendo al que llamarán desde entonces El Santo.
Su primogénito y heredero estuvo más apegado a las cuestiones terrenales, dejando nutrir el espíritu con la literatura, la música y el vino, como ya vimos en este artículo:
En lo religioso, sí destacó como ferviente devoto de la Virgen María, a quien dedicó las famosas Cantigas.
Lo cierto es que Alfonso tuvo amantes e hijos naturales antes y durante su matrimonio y ningún cronista de la época ni ningún historiador ha puesto en realce la edad tardía en que se casó, con 27 años.
Su matrimonio tardó en negociarse. Estuvo comprometido en 1234 con la Infanta Blanca de Champaña, hija del Rey Teobaldo I de Navarra y en 1237 con Felipa de Ponthieu, hermana de la Reina Juana, segunda esposa del Rey Fernando.
El 1 de enero del año 1241 el Rey Jaime I de Aragón El Conquistador hace testamento y cita a su hija Violante como “coniugi Alfonsi, primogeniti illustris regis Castellae” lo que indica que desde el año anterior ya están comprometidos. Era la mejor alianza para evitar el choque entre las conquistas castellano-leonesas y aragonesas. La Infanta Violante de Aragón – hija de la Reina Violante de Hungría y de donde deriva el nombre femenino de Yolanda – había nacido en el año 1233 y se espera a que cumpla los 13 años para celebrar la boda con el Infante Alfonso que era 15 años mayor.
La edad de la novia era lo habitual. La Reina Beatriz de Suabia se casó a los 14 años con Fernando. La diferencia también era habitual, e incluso solía ser mucho mayor. Esa divergencia no se da en cambio entre Beatriz y Fernando que era tan solo 7 o 4 años mayor pues no se sabe si nació en 1199 o 1201.
La boda tuvo lugar el 29 de enero de 1249, dos meses después de la conquista de Sevilla, en la Colegiata de Valladolid.
Al no tener descendencia, Alfonso se planteó seriamente solicitar al Papa la anulación matrimonial pensando que la esposa era estéril pero la impaciencia del futuro monarca se vería colmada con hasta once hijos.
Como la primogénita, la Infanta Berenguela, no nace hasta 1253, cabe pensar que no hubo ningún otro parto o nacimiento malogrado anterior.
A esa primera nieta no la conoció el Rey Fernando III y de los nietos legítimos solo conoció a Beatriz, hija del Infante Don Fadrique (el de la torre) que tenía unos 10 años cuando el rey murió. El resto de nietos que conoció Fernando eran hijos naturales de Alfonso pues al morir, el resto de sus hijos eran religiosos o de cortad edad.
Alfonso X mantuvo relaciones con su tía, María Alfonso de León, que era hija natural del Rey Alfonso IX de León. Con ella tuvo a Berenguela Alfonso que nació hacia 1241. De las relaciones que tuvo con Elvira Rodríguez de Villada tuvo a Alfonso Fernández llamado El Niño, nacido en torno a 1242. Y Mayor Guillén de Guzmán le hizo padre de Beatriz, nacida por 1244 y que casada con Alfonso III de Portugal en 1253 llegó a ser reina del país vecino.
En testamento el monarca reconoce a dos hijos menores de edad, cuyas madres desconocemos: Martín Alfonso que fue Abad en Valladolid y su hermana Urraca Alfonso.
Tampoco son tantos los hijos y presumiblemente no fueron tantas las amantes. Hay muchos monarcas que batieron récords de bastardos y barraganas, como se sabe. Lo curioso es contrastar que la obra jurídica alfonsina es la que regula esta cuestión, en concreto, la cuarta de las Siete Partidas, donde hay una amplia clasificación de filiaciones paternas y maternas y conyugales
Mayor Guillén de Guzmán pertenecía a uno de los linajes más importantes, los Guzmanes, cuyo genearca fue Rodrigo Muñoz (o Núñez) de Guzmán y que murió hacia el año 1186. Añadió a su apellido el patronímico de la villa burgalesa de Guzmán.
Su padre era el rico hombre Guillén Pérez de Guzmán y su madre María González de Girón, ambos compartían a Rodrigo Muñoz de Guzmán como antepasado pues era su abuelo y su bisabuelo respectivamente.
Su abuelo Pedro Rodríguez de Guzmán murió en la Batalla de Alarcos (1195) y su padre combatió en las Navas de Tolosa (1212). El hecho de que los Girón apoyaran a la Reina Berenguela de Castilla y a su hijo el futuro Fernando III, lo posicionó también en ese bando, si bien no estuvo del todo implicado en cuestiones políticas, a diferencia de su hijo Pedro Núñez de Guzmán, que fue el primer Adelantado Mayor de Castilla. Se casó con Urraca Alfonso, que no es la hija de Alfonso X sino la hija natural de Alfonso IX de León, hermanastra por tanto de Fernando III. Su hijo ilegítimo fue el famoso Guzmán el Bueno, iniciador de la Casa de Medina Sidonia y fundador del Monasterio de San Isidoro del Campo.
Y Leonor de Guzmán sería la favorita del Rey Alfonso XI como contamos en este artículo:
Mayor Guillén de Guzmán creció en la corte fernandina donde conoció al joven Alfonso. Y lo de joven hay que recalcarlo pues ella era mayor, y no, no es un chascarrillo por su nombre. Hay quien cifra su nacimiento en 1205 o más bien en 1210. Lo cierto es que se considera el amor juvenil del príncipe o su entretenimiento en esa larga espera a casarse con Violante.
El rey le otorgó en 1255 varios señoríos alcarreños entre los que destaca Alcocer, sobre el que volveremos. A la hija fruto de esos amores, Beatriz, siempre la tuvo como favorita, por eso se esmeró en la dote y la aupó como reina de Portugal, como ya vimos. Por cierto, su nuera fue la Reina Santa Isabel de Portugal, el próximo 4 de julio celebraremos su festividad. Lo divino y lo humano, siempre a la par.
Una de las donaciones que recibió su hija Beatriz fue la localidad de Elche y presumiblemente la pareja tuviera más retoños que se beneficiarían de más heredades, prueba de que la relación era estable y notoria y que continuaría durante el matrimonio de él; no se sabe si ella se casó.
Doña Mayor murió en el año 1262 y fue enterrada en el Monasterio de Santa Clara, en las tierras de Alcocer (Guadalajara), que ella misma fundara gracias a la dotación del rey.
Dicho convento subsiste en ruinas y en marzo de este año saltó la alarma de ser incluido en la lista roja del patrimonio de la Asociación Hispania Nostra. La foto que mostramos hiere la sensibilidad cultural.
El sepulcro desapareció en la Guerra Civil pero se conservan fotografías tomadas años antes.
En la localidad de Cifuentes (Guadalajara) nuestra protagonista promovió la construcción de la Iglesia del Salvador, que ha llegado a la actualidad y donde destaca la portada románica de Santiago. En la chambrana hay una extraña figura que simula una diablesa pariendo un niño con corona y cetro.
Según los iconólogos es el mensaje de la amante al verse desplazada por otra en el tálamo real. Parece ser que ordenó tallar esa figura que muestra su opinión de la realeza que no es otra sino que los reyes son engendrados por el mismísimo diablo, que el poder real tiene un origen demoníaco. Para algunos ella fue ese amor juvenil al que dejó nada más casarse porque una dama no era suficiente para un rey quien se valía de una igual de sangre real, pero que quiso compensarla con la riqueza de las tierras. Esta imagen en piedra perpetuaría la venganza de Doña Mayor Guillén de Guzmán. ¿Pero se venga del rey o de la reina?
Esta villa fue vendida por su nieta Blanca de Portugal al escritor Don Juan Manuel, nieto del Rey Fernando III. Por cierto, Blanca tuvo un hijo fuera de matrimonio que sería ejecutado por el Rey Pedro.
En 2009 la HispanicSociety of America compró un documento medieval subastado por Christie’s y cuando las noticias llegaron a la localidad de Alcocer la conmoción fue extraordinaria: se trataba del contrato original de la realización del mausoleo, un tipo de documentación que apenas se conserva. Gracias a ese hallazgo se ha sabido que el sepulcro fue encargado por el propio Alfonso X un 24 de julio del año 1276 y que lo ejecutó el artista Juan González, describiéndolo como:
“un sepulcro de madera de nogal con la imagen de Mayor en relieve y vestida muy noble de sus paños de colores e oro y de azul y de carmín y de argent y de todos los otros colores.”
Hacía catorce años de la muerte de la que fuera su amor. O estuvieron más tiempo del que se cree o un maduro y melancólico rey al que se le acaba de morir su heredero, el Infante Fernando de la Cerda, quiere honrar al que sería su auténtico amor.
La imagen puede ser pura simbología románica y el papel de la instigadora Violante… es otra historia.
Recordemos que este año se celebran los 800 años del nacimiento de nuestro rey sabio.